Publicado en 1959 el álbum del conjunto Cuncumén, liderado por Alarcón y con Jara en su elenco, incluyó algunas canciones recopiladas y compuestas por la cantautora en sus jornadas de investigación folclórica. Aquí la historia.
25 dic 2024 04:43 PM
Publicado en 1959 el álbum del conjunto Cuncumén, liderado por Alarcón y con Jara en su elenco, incluyó algunas canciones recopiladas y compuestas por la cantautora en sus jornadas de investigación folclórica. Aquí la historia.
Dos estudiantes universitarias y Felisa Cereceda, nieta de Violeta Parra, descubrieron la remoción de murales pintados por Violeta Parra y la venta de la histórica casa de Carmen 340, propiedad de la Universidad Católica Silva Henríquez. Tras denuncias y gestiones de familiares, la casona y los murales fueron declarados Monumento Histórico, aunque persisten dudas sobre su cuidado y propiedad.
La institución de educación superior reaccionó frente a las denuncias de haber retirado una serie de históricos murales de la casona que en los 60 cobijó la Peña de los Parra y que fueron elaborados por la fallecida artista. Tanto el lugar como las pinturas ayer fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.
Desde la Fundación Museo Violeta Parra advierten la remoción de las pinturas realizadas por Violeta Parra durante la década de los 60 en la legendaria Peña de los Parra, situada en calle Carmen. La fundación de la cantautora ha librado una cruzada para que el lugar sea declarado Monumento Histórico. Esta se resolvió favorablemente cerca de las 19:00 horas, cuando el Consejo de Monumento Nacionales (CMN) aprobó unánimemente la declaratoria, tanto de la casona, como de los murales.
Pese a que desde hace décadas los sonidos nacionales cultivan un culto en el Viejo Continente -bajos los ejemplos de Lucho Gatica, Violeta Parra o Chico Trujillo-, esta vez son dos voces femeninas las que se encargarán de darle continuidad a la agenda: Mon Laferte y Myriam Hernández han agendado importantes pasos por esa región.
Tal como lo prueba su libro póstumo de memorias, el autor de Arriba en la cordillera califica para una categoría propia en el panteón de grandes creadores chilenos del siglo XX. Es el talento pero también la gracia. La curiosidad voraz. La temeridad y el arrojo.
Doy por soñado todo lo vivido, se llaman las memorias del cantautor. Un trabajo que acometió en sus años finales, y que la muerte dejó inconcluso. En sus páginas, recuerda la Nueva Canción, las noches de charla con Salvador Allende, la trágica historia de su hermano que se suicidó y hasta alguna palabra para el presidente Gabriel Boric.
Los años que la bailarina -fallecida este 12 de noviembre- y el cantautor compartieron fueron los más felices de sus vidas. Juntos, escribieron una relación que desbordó los límites del amor convencional: Joan y Víctor fueron cómplices, amantes, amigos, padres y mucho más. Aquí, una pincelada de su historia en común, retratada a través de anécdotas y cartas que develan la profundidad de una conexión tan sencilla como excepcional.
Desde el impacto de la figura de Violeta Parra a la creación de piezas como la Cantata Santa María de Iquique. En una hora y media, el músico Nano Stern y el realizador Luis Emilio Briceño retratan a la generación de jóvenes que de 1958 a 1973 revolucionaron la canción chilena. Sin glorificaciones ni condescendencia, sino desde la honestidad y, sobre todo, con un genuino interés por contar su historia.
El 11 de septiembre marcó a una generación de músicos que venía trabajando en un activo proceso de fusión, tal como sucedía en otros puntos del orbe. Pero cortó varios proyectos. Desde el ballet que trabajaba Inti Illimani, al concierto que Los Jaivas preparaban con la Sinfónica y las iniciativas de rock fusión, al estilo de Panal, que quedaron truncos. Otros como Illapu debieron sumergirse ante la sospecha del régimen con la estética andina.
La cantautora alista una serie de novedades. Junto a Ediciones UC se va a reeditar Canto para una semilla, una de las obras fundamentales de la Nueva Canción Chilena, que incluye nuevos relatos en la voz de la cantante Nydia Caro. También asegura que ya esta “a punto de terminarse” la nueva Casa Violeta Parra, en el Campus Oriente de la universidad y que abriría sus puertas en octubre. En ese mismo mes, se lanzará un nuevo cancionero sobre su obra, el que incluye una presentación escrita por Silvio Rodríguez.
1973 fue también en Chile un año de hasta entonces inaudita exploración en el rock, de una bohemia viva en torno al jazz, de orgullo de clase a través de la despreciada “canción cebolla”, de conquistas asombrosas para las orquestas infantiles y juveniles, de promoción internacional que, en algunos casos, afirmó a voces tan talentosas como osadas. Aunque los militares se ensañaron particularmente contra la canción social, sus bandos y medidas represivas también hirieron de muerte (en algunos casos, de modo literal) a ese florecer musical irrecuperable.
5 minutos: la vida eterna de Victor Jara, se llama la nueva biografía sobre el legendario cantautor chileno, escrita por Freddy Stock. En sus páginas se entrelazan la trayectoria del artista y la historia del hallazgo y rescate de su cadáver tras su asesinato. Pero además lo perfila como un hombre que buscó llegar a voces progresistas no identificadas con la izquierda, a contrapelo de la época.
El cantante, fallecido a principios de junio, fue pifiado por motivos políticos en un festival de 1970 consagrado a la Nueva Canción Chilena. Culpó a Víctor Jara, a quien quiso agredir sin éxito. Para él, fue la ruptura definitiva con la canción vinculada al mundo de izquierda.
El músico, que fue líder de los Huasos Quincheros por más de 60 años, deja un legado marcado por su difusión del folclor tradicional chileno en base a un trabajo de una factura elegante. Quienes le conocieron detallan su personalidad rigurosa, exigente y profesional en el escenario. También se empeñó por mantener al grupo en una posición política neutra, que algunos cuestionan por su trabajo de asesor del régimen militar y su participación en la franja del Sí.