Ser payaso y disfrazarse con la nariz roja puede ser divertido, hacer reír a todos ya es algo más complicado, pero lograr transportar a los niños a un mundo mágico donde puedan dejar atrás problemas y sufrimientos es una misión de arduo trabajo. Los payasos Tito Rissoti y Georgio Pintacha se comprometieron con esta misión y han hecho de esta labor un compromiso social con el que quieren cruzar fronteras.
Revista Paula.
30 ene 2014 05:22 PM