Es hora, entonces, de que las fuerzas responsables de centro, izquierda y derecha se unan para darle a la República una nueva Constitución, eficaz, moderna y democrática, a la que todos podamos y queramos ser leales. Una base sólida sobre la cual las reformas de los gobiernos venideros puedan anclarse con decoro y confianza. Y si la Convención no está a la altura de ese desafío, es sano reconocer que habrá que buscar otro camino para lograrlo. Es inaceptable que la ultra, que en el mundo real casi no existe y a la Convención entró por la ventana, siga poniendo de rodillas a sus pares, obligando a sus voceros a hacer el ridículo y amenazando con hundir al nuevo gobierno con la excusa de querer ayudarlo haciendo trampa.
8 mar 2022 01:55 PM