Una zona popular de San Salvador fue cercada por 2.000 soldados y 500 policías. La orden del presidente Nayib Bukele fue clara: “Extraer hasta el último pandillero que se encuentre en el área”.
30 oct 2024 03:07 PM
Una zona popular de San Salvador fue cercada por 2.000 soldados y 500 policías. La orden del presidente Nayib Bukele fue clara: “Extraer hasta el último pandillero que se encuentre en el área”.
La expresidenta aseveró que en los recintos penitenciarios de El Salvador se han violado los Derechos Humanos.
Así como en su momento le advirtió a las pandillas que dejaran de matar, el presidente salvadoreño Nayib Bukele le dijo a los comerciantes de alimentos que debían bajar sus precios. Sin embargo, su plan para solucionar el problema económico podría ser un arma de doble filo.
La canciller haitiana, Dominique Dupuy, calificó de "lamentable” la medida y llamó al gobierno dominicano a respetar los “derechos inalienables” de sus ciudadanos.
El primer ministro interino, Garry Conille, autorizó a las fuerzas venidas de Kenia a lanzar operaciones en zonas afectadas.
El informe de HRW acusa que, en el marco del régimen de excepción y la “guerra” contra las pandillas, se han violado los Derechos Humanos de menores de edad.
La prisión más grande de América tiene capacidad para encerrar a más de 40.000 pandilleros, el principal objetivo de la guerra contra el crimen del presidente salvadoreño.
Se espera que las fuerzas policiales lleguen en las próximas semanas al país caribeño, según confirmó el presidente keniano, aunque los retrasos logísticos han pospuesto el arribo inicial. Según advirtió el jefe de la diplomacia de EE.UU., Antony Blinken, Haití está al borde de convertirse en un “Estado fallido”.
La decisión fue tomada el mismo día en que un consejo encargado de elegir a un nuevo premier y gabinete en el país debía tomar juramento.
La zona de Lower Delmas, en el centro de la capital haitiana, está convertida en “un campo de batalla entre la policía y grupos armados”, señalan medios radiales de la nación caribeña. El recrudecimiento de la violencia se produce mientras el país se prepara para la instalación de un consejo presidencial de transición que reemplazará al renunciado primer ministro Ariel Henry.
La situación es particularmente extrema en las zonas urbanas, que están repletas de familias desplazadas que se amontonan en las escuelas, en los cementerios, en cualquier lugar donde encuentren un poco de seguridad.
La irrupción a la sede gubernamental ha dejado hasta el momento a cinco policías heridos, y decenas de funcionarios retenidos, en el marco del caos que asola a la nación caribeña, luego de diversos ataques de pandillas criminales que ocasionaron hace poco más de un mes la dimisión del primer ministro Ariel Henry.
Hombres armados confiscaron un vehículo blindado a los guardias de palacio en el centro de Puerto Príncipe.
El presidente salvadoreño achaca dos asesinatos al grupo 18 Sureños y promete "erradicar lo poco que aún queda de las pandillas".
Entre el despliegue de una misión internacional, la posibilidad (y necesidad) de negociar con las pandillas y hasta la ayuda de Nayib Bukele, el país caribeño está lejos de estabilizarse con la creación de un consejo de transición tras la dimisión del primer ministro Ariel Henry.