En las sociedades modernas y ricas, nos bombardean con publicidad que nos recuerda intencionalmente la vista, el olor y el sabor de los alimentos ricos en calorías. Y en respuesta a estas señales poderosas, nuestros cerebros responden tal como están diseñados para hacerlo, desencadenando un intenso deseo de comerlos.
Gabrielle Weidemann* y Justin Mahlberg** (The Conversation)
10 sep 2024 10:34 AM