El mundo privado de Patricio Aylwin está todavía activo y está construido por rutinas que él, a sus 94 años, cumple sagradamente: lo visita un kinesiólogo, trabaja en la oficina contigua a su hogar y los jueves -cada dos semanas- se reúne con los autodenominados cardenales, camaradas DC de edad avanzada. Está desafectado de la contingencia, aunque lee los diarios. Hoy, su atención se concentra en su esposa, Leonor, con quien cumplirá 65 años de casado.
Rocío Montes R.
3 ago 2013 11:36 PM