El músico habló ayer, desde su casa en Buenos Aires, con el programa Sesiones íntimas de Culto que se emite por La Tercera. Además, admite que llegar a los 60 años le cambió la vida, que es un momento de inflexión en su existencia y concluye: “Estoy en paz conmigo mismo”.
El argentino estará a las 19.00 horas en el espacio de diálogo vía streaming que se emite por las plataformas de La Tercera y Culto.
Además, la gente que adquiera los tickets podrá escoger cinco canciones del repertorio del ex Serú Girán, y entre las más votadas se confeccionará el setlist. Parte de la recaudación se destinará a la Fundación Sí, que colabora con canastas de alimentos y artículos de limpieza a las familias trasandinas afectadas por la imposibilidad de salir a trabajar debido a la crisis sanitaria.
El músico argentino transmitió una presentación íntima desde el living de su casa, en donde tocó temas tanto de su carrera solista como de los grupos en los que participó. Además, se refirió a la muerte reciente de Lyle Mays, quien fue su compañero en Pat Metheny Group.
Culto estuvo en Nueva York con Joe Blaney, histórico del cancionero anglo, aliado de The Clash y The Ramones, y el hombre tras el álbum Fome, el mismo que Los Tres revivirán este 1 de marzo en el Teatro Municipal.
Culto estuvo en Nueva York con Joe Blaney, histórico del cancionero anglo, aliado de The Clash y The Ramones, y el hombre tras el álbum Fome, el mismo que Los Tres revivirán este 1 de marzo en el Teatro Municipal.
Fue en el álbum American garage (1979) que el tecladista Lyle Mays patentó su sonido característico como parte de la paleta del Pat Metheny Group. Junto al laureado guitarrista, la dupla compositiva se alzó como pionera de un estilo único de jazz fusión que incluía guiños a la música de Brasil y el rock. Con once premios Grammy en conjunto y placas como los exitosos Still life (talking) (1987) y Letter from home (1989), además de colaboraciones junto a artistas como Joni Mitchell o Earth, Wind & Fire, Mays emprende viaje en el último tren a casa dejando un legado maravilloso.
Compuesto en una expedición a Nueva York un año después de concluida la guerra de las Malvinas, Charly grabó en los estudios de Jimi Hendrix el primero de sus discos junto al productor Joe Blaney, acompañado de Pedro Aznar, una Roland TR-808 y el cotizado guitarrista Larry Carlton. ¿La fórmula del músico? "Minimalismo, polirritmia, neoclasicismo, discreción y donde se pueda una pátina de ambigüedad".
Mariano del Mazo acaba de publicar Entre lujurias y represión: un libro que panea la historia de la banda. "Cuatro discos hermosos, cáusticos, maravillosos, y en plena dictadura —dice—. Escucharlos es ir hacia el núcleo del mejor rock argentino".
Músicos, intelectuales y artistas han comentado públicamente la crisis social chilena. Mientras algunos envían saludos de apoyo otros buscan explicaciones. Acá sus mensajes.
Mientras la flota imperial británica viajaba hacia Malvinas con una declaración de guerra, en 1982 Charly García fantaseaba con la idea de registrar un disco de canciones en solitario. Los últimos estertores de la dictadura argentina no podían escapar a la observación del hombre con rayos x en los ojos.
En el horario estelar se espera la presentación de Lucybell, Manuel García, Saiko y la reunión de Glup!. En tanto, Paloma Mami saldrá a escena durante la tarde del sábado 5.
El argentino visitó el programa Tercera Voz de La Tercera, donde se refirió a sus próximos shows en el país, pero también abordó la reciente celebración de sus 35 años de carrera, la contingencia política y su admiración por algunas estrellas del pop. Por ejemplo, también tiene alabanzas para Pink y Nicki Minaj.
El músico habla con Culto de su nueva visita, de su compadrazgo con Manuel García y de la crisis perpetua que parece enfrentar su nación: "Me preocupa mucho que esos chicos de 15 o 20 años no tengan confianza en el país que les tocó vivir", dice.
El debut de Serú Girán, el supergrupo que encabezaban Charly García y David Lebón, estuvo lejos de ser el esperado. Resistidos por un público que parecía no entender su propuesta y por la prensa de la época, que criticó duramente a cada uno de los integrantes, su revancha llegó de la mano de su segundo álbum: en 1979 La grasa de las capitales, desde su portada que parodiaba a las "revistas enemigas", comenzó a hacer justicia.
