Ganador de la Palma de Oro de Cannes en 2018, el reputado director japonés llega a salas nacionales con la película con la que regresó a filmar a su país, una cinta que une las perspectivas de tres personajes –una madre, un profesor y un niño– en una historia que rebosa sensibilidad. En diálogo con Culto, habla sobre el origen del proyecto, sobre la temática LGBTQ+ en el cine y sobre la inteligencia artificial. “Considero que mi profesión es una de las que es más difícil que sea reemplazada, pero quién sabe, a lo mejor estoy siendo demasiado ingenuo”, indica.