Tan terapéutico como meditar. Tan placentero como comer. Así describe la ciencia lo que sucede en el cerebro cuando entramos en el trabajo repetitivo de alguna manualidad. Si a eso le sumamos la alegría que provoca aprender algo nuevo y ver el resultado en un objeto, la recompensa es triple. Acá, unos colgantes para plantas y una cortina de Macramé para comprobarlo.
Alejandra Apablaza / Tejido: Angélica Tolosa / Fotografía : Carolina Vargas
9 mar 2017 04:37 PM