Poco partidario de las "condiciones" que ponen los albergues tradicionales, el sacerdote Pablo Palma salió anoche a recorrer las calles de Peñalolén. En medio del frío capitalino y en un furgón escolar cargado con sopas instantáneas, sándwiches y sacos de dormir, afirmó que "con la comunidad parroquial vimos la necesidad de salir al encuentro de la gente y ver cómo están".
María José Navarrete
19 jun 2019 01:31 PM