Ahora que la política se volvió importante, el gobierno de Piñera tendrá que andarse con cautela. Su desafío ya no consiste como el 2010 en demostrar que la derecha no tiene problemas con la democracia. Ahora tendrá que probar que en el capitalismo también hay espacio para la justicia social y el rescate efectivo de los sectores rezagados.
Héctor Soto
17 feb 2018 12:31 PM