Detenciones, allanamientos, golpes, prisión domiciliaria, decomiso de equipos, intervención de celulares y corte de internet son tan solo algunas de las represalias que el régimen impone a los periodistas disidentes en la isla. Han debido aprender a convivir con medidas de seguridad que son más estrictas desde las movilizaciones que estallaron el domingo pasado. “Si mi teléfono suena apagado o no contesto, mi familia puede empezar a avisar que estoy desaparecido o arrestado”, explica a La Tercera el reportero de CubaNet, Vladimir Turró.
16 jul 2021 09:30 PM