Esta negociación develó los verdaderos peligros que encierra la nueva legislación laboral, cuyos efectos negativos aún no son dimensionados en toda su magnitud.
Pulso
19 ago 2018 04:00 AM
Esta negociación develó los verdaderos peligros que encierra la nueva legislación laboral, cuyos efectos negativos aún no son dimensionados en toda su magnitud.
El trabajo por cuenta propia, mayoritariamente es informal. Es por eso que una buena noticia es lo que está ocurriendo con el empleo asalariado. Sin embargo, no es suficiente.
Holguras de capacidad, reforma laboral, inmigración, automatización y baja inflación son las múltiples razones que tendrían con nulo crecimiento a los salarios.
Han existido casos anteriores en que los acuerdos de reajuste fijados en tramos para años venideros generaron impactos negativos en el empleo que se prolongaron en el tiempo, como ocurrió a fines de los años 90.
La minera estatal entrega un seguro de salud de por vida para trabajadores de más altos cargos, lo que no dice relación con la realidad de la industria.
El proyecto de ley de trabajo a distancia va en la dirección correcta, de flexibilizar el mercado laboral y así ayudar a la generación de nuevos puestos de empleo.
La recuperación del empleo asalariado, la disminución de la informalidad y que más gente -cesante, desocupada y ocupada- esté buscando empleo, son señales de una mejora.
Para utilizar al máximo las potencialidades del mayor número de mujeres dispuestas a trabajar, se requiere que el mercado laboral sea flexible, que se corrija la reciente reforma.
La luna de miel entre el gobierno y los privados también terminó. Se requiere un conjunto de iniciativas que permitan sostener las diversas expectativas.
La trayectoria negativa de la productividad en los últimos siete años es una más que razonable razón para darle prioridad. Por ello, es una buena noticia que el gobierno anuncie una nueva agenda sobre esta materia. Eso sí, tiene el desafío de no caer en la intrascendencia.
Es importante monitorear las expectativas económicas para que no termine afectando a la economía real. La reforma tributaria y previsional podrían jugar un rol clave en la evolución.
Los gremios empresariales tenían un piso de 28% de aprobación en 2015, una de las más bajas entre las instituciones medidas. Sin embargo, desde enero de este año comenzó una trayectoria alcista que ha llevado a su evaluación favorable en torno al 50%.
El proyecto de pago oportuno a las pequeñas y medianas empresas es una iniciativa positiva, aunque podría ser mejorada en algunos aspectos.
El año pasado se generaron 47 medidas para arancelarias a los envíos nacionales, lo que debiera despertar una estrategia por parte del gobierno destinada a velar por el libre comercio.