En 2014, la automotora comenzó a sentir la contracción económica. Ese año, el sector empezó a desacelerarse, profundizando su caída en los ejercicios siguientes. Desde esa fecha, la firma redujo su personal en más de 1.000 personas, externalizó un sinnúmero de áreas, cerró dependencias e hizo reestructuraciones financieras para sortear la ola. Entremedio, una gigantesca inversión en Brasil y un imponente edificio corporativo hundieron sus finanzas; el estallido social y la pandemia, terminaron de complicar el panorama. Ahora, con un acuerdo con sus bonistas se acogen al Chapter 11.