El primer ministro israelí dijo que el ataque había sido “un error trágico”, agregando que "estamos investigando el caso, esa es nuestra política". Ante la Knesset, Benjamin Netanyahu aseguró que "para nosotros, cada (herido) no implicado es una tragedia”.
En medio de la condena de gran parte de la comunidad internacional, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró que el letal bombardeo que impactó un campamento de personas internamente desplazadas en Rafah, en el extremo sur de Gaza, fue un "trágico error" y prometió una investigación.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, encabezado por el ministro Alberto van Klaveren, insistió además en la "necesidad de reconocer el derecho de Israel y Palestina de coexistir en paz".
El secretario general de la ONU además ha reiterado su llamado al establecimiento de un alto el fuego y a la liberación de los rehenes.
Los últimos ataques aéreos israelíes en la ciudad de Ráfah, en el sur de la Franja de Gaza, mataron al menos a 35 palestinos y dejaron decenas de heridos.
El lanzamiento de misiles desde Rafah, sin víctimas fatales, fue el primer ataque de Hamas en cuatro meses, y vino sucedido de un ataque aéreo israelí en el enclave palestino que provocó la muerte de 35 personas al ocurrir en una zona designada previamente como segura por Israel. La tensa jornada bélica se da justo cuando la posibilidad de negociar volvía a aparecer en el mapa.
Todavía se está determinando el número definitivo de fallecidos en el campamento de Tal Al-Sultan.
Hamas afirmó haber lanzado misiles contra Tel Aviv el domingo, lo que hizo sonar sirenas en la ciudad israelí por primera vez en cuatro meses.
Esta cifra es actualizada en medio de los nuevos ataques israelíes en la zona de Rafah.
Las Fuerzas Armadas israelíes aseguraron que han “eliminado a terroristas que intentaron atacar a nuestras fuerzas”.
La ofensiva se produjo con aviones de combate israelíes que bombardearon a última hora de la jornada una casa familiar cerca de Saddam Junction. Las FDI también lanzaron un ataque en un campamento de refugiados de Nuseirat, dejando varias personas heridas.
“Lo que nos piden es que no cometamos genocidio en Ráfah. No cometimos genocidio y no lo cometeremos”, declaró el sábado el asesor de seguridad nacional del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Esta petición ha llegado como intento de reanudar el suministro de ayuda humanitaria al enclave palestino.
Estas nuevas muertes en el enclave palestino ocurren cuando desde Tel Aviv se ha indicado que Israel no cumplirá ninguna orden de la Corte Internacional de Justicia para detener la ofensiva contra la Franja de Gaza.
La semana pasada, Sudáfrica había pedido a la Corte Internacional de Justicia que ordenara el cese de la ofensiva israelí en Gaza y en Ráfah en particular.
