Desde el inicio de la pandemia, los científicos buscan una píldora que pueda contrarrestar las consecuencias de la enfermedad. El laboratorio tiene una prometedora pastillas que podría funcionar.
Peter Wark * (The Conversation)
1 jun 2021 01:43 PM
Desde el inicio de la pandemia, los científicos buscan una píldora que pueda contrarrestar las consecuencias de la enfermedad. El laboratorio tiene una prometedora pastillas que podría funcionar.
Se trata de Cannabiol, medicamento que será comercializado con receta retenida en Perú para tratar el dolor crónico en pacientes con cáncer.
Después de 15 meses desde que apareció el virus, los científicos siguen trabajando para encontrar una terapia que sea efectiva. Ya hay 419 de estos tratamientos probándose en humanos.
Un panel de expertos de la organización sanitaria desestimó su uso, después de revisar seis estudios en más de 6.000 pacientes alrededor del mundo.
Se trata de uno grupo de remedios del tipo GLP-1, que incluyen fármacos como el Ozempic para la diabetes y Saxenda, prescrito para bajar de peso.
La nueva etapa del ensayo se llevará a cabo en 100 lugares y se prevé que suponga la inscripción de 2.000 pacientes en Estados Unidos.
Un estudio inglés mostró que el tratamiento logró salvar la vida de un tercio de los pacientes conectados a un ventilador mecánico y ordenó su uso masivo e inmediato en todo el país. Médicos locales aseguran que el fármaco ya se usa en el país, pero temperaron el entusiasmo británico y pidieron más estudios antes de masificar su uso.
Debido a las contraindicaciones que puede genera, remedio se utiliza en casos puntuales, pero al igual que casos en Gran Bretaña, pacientes chilenos también han experimentado mejorías.
El plan para combinar las líneas de negocio de los apunta a concentrarse en el negocio tradicional.
"Las madres no deberían tener que enterrar a sus hijos", dice Karen Buck. Es una de las mujeres que dice que nadie le advirtió sobre los riesgos que de seguir un tratamiento con valproato sódico durante el embarazo.
"Las madres no deberían tener que enterrar a sus hijos", dice Karen Buck. Es una de las mujeres que dice que nadie le advirtió sobre los riesgos que de seguir un tratamiento con valproato sódico durante el embarazo.
La abuela de la niña padece cáncer y para su tratamiento tomaba tramadol. La madre equivocó el recipiente de éste con paracetamol.
A los 18 años le diagnosticaron fibrosis quística, una enfermedad degenerativa e incurable. Este año, a sus 39, supo que para su tipo de mal había un medicamento eficaz, el Kalydeco, y que lo cubriría la ley Ricarte Soto. Finalmente, el ministerio echó el proceso hacia atrás. El fármaco vale 180 millones anuales y a Ignacio ya le queda menos de la mitad de sus pulmones. Esta es su historia.