Los republicanos mantuvieron el control del Senado y la oposición demócrata recuperó la Cámara de Representantes. Pero esto no significa necesariamente una derrota para el Presidente.
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Desde los años 30 a 1990, los demócratas mandaron en el Congreso. Pero los republicanos están en racha desde 1994. Hoy es el partido de Trump el que controla ámbas cámaras del Legislativo, que están en juego en las elecciones de hoy en Estados Unidos.
Mañana martes el país renovará la Cámara Baja y un tercio del Senado, en una prueba clave para Trump y la oposición demócrata.
Aunque con la iniciativa pretenden poner a los demócratas entre la espada y la pared, hasta el minuto ha generado más controversias en las filas del partido de Donald Trump.
La amenaza al liderazgo global de Estados Unidos es lo que más preocupa a los líderes del oficialismo.
Con un jefe de campaña definido y US$36 millones en recaudaciones, el Presidente de EEUU se prepara con tres años de anticipación para la próxima carrera presidencial. Aunque resulta anticipado en relación a otras apuestas electorales, Trump se encuentra en un buen momento, recibiendo los frutos de la reforma tributaria y estrechando los lazos con su partido.
Mientras los televidentes estadounidenses del discurso Estado de la Unión consideraron que las palabras del Presidente en el Capitolio unen al país, los demócratas criticaron su enfoque en reformas como migración e infraestructura.
El resultado final fue de 51 votos a favor y 46 en contra.
El mandatario planteó aprobar el financiamiento del gobierno federal con mayoría simple en el senado, pero una propuesta de centristas es la que tenía más opciones.
Con esto, la mayoría republicana en la cámara alta se ajusta a 51, frente a los 49 asientos en poder de la oposición.
Las intensas negociaciones podrían dar frutos si Trump consigue convencer a los congresistas estadounidenses de los beneficios de la Reforma.
