La selección francesa y los hinchas viven una fiesta.
Alejandro Mayo
16 jul 2018 01:56 PM
La selección francesa y los hinchas viven una fiesta.
Miles de hinchas se lanzaron a las calles de Zagreb.
El volante francés dijo que recibió los saludos del chileno.
Francia celebra su segundo título mundial bajo un temporal, con sus jugadores emocionados y con Deschamps orgulloso. Un aguacero que simboliza el fin de una era y la proclamación de nuevos reyes de este deporte.
Veinte años y tres días atrás, el hoy técnico de Francia levantaba la primera copa del Mundo en su condición de capitán. En Moscú, igualó la gesta realizada por Zagallo en Brasil, y Beckenbauer en Alemania.
El plantel de Francia festejó bajo la lluvia en la premiación. Cantaron y bailaron en camarines.
Griezmann conduce a Francia a la consecución del Mundial. Participa en tres goles, anota uno y es elegido MVP de la final.
A Croacia no le alcanza. Cae en la final, pero se va satisfecha. Jugadores y cuerpo técnico exhiben su hidalguía y sacan conclusiones positivas.
Los goles nacidos desde una pelota detenida se tornaron claves. En total se convirtieron 58 tantos por esta vía: un 34% de los 169 en total.
Thibaut Courtois fue escogido como el mejor portero. Hugo Lloris le dejó vía libre para ganar el premio, luego de fallar groseramente ayer ante Croacia. El Mundial lo protagonizaron los guardametas, con actuaciones determinantes para bien y para mal. Porterazos y calamidades.
Había muchos temores, pero finalmente el país más grande del mundo organizó una Copa del Mundo impecable, con una inversión faraónica, pero también con una prolijidad que fue más allá de los números.