Sandra Ponce estaba deprimida. Su pasaje en San Ramón se veía igual que su ánimo: sucio, feo, desgastado. Un día decidió salir a barrer y no paró hasta transformar toda la cuadra: destapó las veredas, pintó las paredes y construyó un jardín bajo la pasarela que antes era un microbasural. En 2013 ganó el premio Mujer Impacta por recuperar espacios públicos y generar lazos en la comunidad. Esta es la historia de cómo una mujer transformó la pala y la escoba en la insignia de la cohesión social en su barrio.
Revista Paula.
2 jul 2015 10:28 AM