El autor de Sangre como la mía y una de las voces de la obra Narciso fracturado (GAM), quien además convive con VIH desde 1995, fue uno de los primeros en el país en abordar el tema gay en sus novelas. "Aún falta", dice desde su departamento en el centro de Santiago, donde además anuncia un nuevo libro para el próximo año: "La gran literatura que sobrepasa los límites de la homosexualidad, no existe en Chile".
Pedro Bahamondes
4 jul 2019 06:11 PM