José Andrés Aguirre, más conocido como cura Tato, condenado a 12 años de prisión por abuso de menores, salió en libertad hace dos semanas. Aquejado de una enfermedad muscular que le impide moverse, vive al cuidado de su padre en el segundo piso de una casa en el balneario de Santo Domingo. Pasa en cama, ve TV cable, almuerza temprano, reza el rosario. "Yo pagué mi culpa, ya pagué mi condena", dice por teléfono. Así son sus días en libertad.
Fernanda Paúl, desde Santo Domingo
9 dic 2012 12:21 AM