Según señalaron, ambos tratarán de solucionar los “problemas sistemáticos que se han ido acumulando como resultado de las actividades ilegales de la anterior administración, que obstaculizaba las actividades de la Embajada rusa” en territorio estadounidense.
El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, señaló que "varios países del Sur Global" ya han enviado a las autoridades rusas iniciativas “aparentemente impulsadas por motivos sinceros” para resolver el conflicto. “Estamos preparados para considerar cualquier propuesta seria que tenga en cuenta la situación sobre el terreno y los intereses legítimos básicos de Rusia”, añadió Lavrov.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusó a Bruselas de “inflar el régimen criminal de Kiev con armas y municiones, y envíar mercenarios a Ucrania”. Además, lamentó la posición de Estados Unidos “y sus satélites de la OTAN” por su “apuesta extremadamente arriesgada a una mayor escalada del conflicto”.
El ministro de Asuntos Exteriores del gigante bicontinental, Sergei Lavrov, sostuvo que su país "no tuvo otra opción" que lanzar la "operación militar especial" para invadir Ucrania ante la "guerra contra su propio pueblo" del gobierno ucraniano.
Varios países occidentales han amenazado con boicotear una cumbre de líderes si el presidente ruso, Vladimir Putin, asiste.
El jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, comparó la situación actual con la Crisis de los Misiles de 1962, sin embargo, recordó que “en esa época había reglas, reglas escritas”.
El Presidente Donald Trump reconoció haber entregado información a Rusia. El lunes la Casa Blanca lo había negado. The New York Times aseguró que la información desclasificada a los rusos fue proporcionada por Israel. El mandatario está siendo criticado por senadores republicanos, que cuestionan la nueva crisis en la Casa Blanca.
H.R. McMaster, quien participó en la reunión entre el Mandatario y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, señaló que información revelada por el Washington Post es "falsa", ya que "no se revelaron operaciones militares que ya no fueran de público conocimiento".
Según The Washington Post, el Presidente dio datos sobre el Estado Islámico a Moscú. El problema es que Trump habría puesto en riesgo a una fuente relativa al EI.
