Seis son los individuos que pertenecían a una organización criminal que operaba en la Región del Biobío, contratados por bandas de narcotraficantes.
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Una de las víctimas era una mujer que estaba siendo amenazada por una mafia.
Un informe reservado de la PDI revela el funcionamiento de la organización, cuyas líneas de mando se respetan para cumplir sus objetivos. Hoy arriesgan, entre los 11 acusados del grupo, más de 200 años de cárcel.
El SNAI informó que el sujeto muerto en el penal El Inca fue identificado como “José M.”, quien estuvo involucrado en el homicidio de Fernando Villavicencio. El viernes, se informó del fallecimiento de otros seis sicarios implicados en el crimen dentro de la cárcel del Litoral.
El grupo narcotraficante se disculpó por los hechos a través de una carta, la que fue dejada junto a cinco hombres con las manos atadas en la ciudad de Matamoros, en el estado de Tamaulipas. Los cuatro norteamericanos fueron encontrados el lunes en las afueras de ese poblado mexicano, dos de los cuales estaban muertos.
Los presuntos asesinos a sueldo dispararon hacia la playa desde vehículos acuáticos, mientras el persecutor guaraní Marcelo Pecci se encontraba en la playa junto a su esposa, con quien disfrutaba su luna de miel en la península de Barú, en Cartagena. El gobierno colombiano ofreció una recompensa de hasta 488.000 dólares por información que ayude a dar con el paradero de los autores del crimen.
El crimen de la manicurista boliviana Rosalva Gómez, quien fue hallada atada de pies y manos en la Ruta 616, reabrió el debate respecto de supuestas organizaciones criminales por encargo que operarían en la zona. La fiscalía y policías lo analizan. Pero hay preocupación.
Los sicarios abrieron fuego con fusiles mientras sus tres víctimas disfrutaban bajo una palmera en Los Cabos, Baja California Sur, e hirieron a otras dos personas. Además, durante ese mismo fin de semana hubo once crímenes en la zona.
El de Bruno Allio Bonetto fue uno de siete asesinatos a sueldo ocurridos en Maracaibo, Venezuela, la última semana de febrero. Registros policiales y académicos reflejan un aumento de los asesinatos a sueldo entre 2016 y 2017 en el país.
