Cada año decenas de niños recién nacidos son abandonados en los hospitales del país. Tras el parto, nadie los reclama. Solas, las guaguas permanecen en el hospital por meses mientras los tribunales deciden su suerte. Sin un adulto significativo que les entregue afecto y contención, quedan privadas de desarrollar un vínculo temprano, lo que tiene un impacto irreversible en su salud síquica futura. Un sicoanalista de niños en el Hospital San José ha decidido liberarlas de la angustia y entregarles un comienzo más estable y amoroso. Pero necesita voluntarios.
Gabriela García y Fotos: Carolina Vargas
22 sep 2014 04:35 PM