Hace mucho tiempo, en la antigua ciudad de Cirene, había una hierba llamada silfio. Con sus raíces robustas, hojas chatas y pequeñas flores amarillas, no parecía gran cosa. Pero la planta rezumaba una savia aromática que era tan útil y deliciosa que llegó a valer su peso en oro.
BBC Mundo
9 dic 2017 09:23 AM