Desde hace dos meses y cinco días la agrupación clásica más antigua del país no tiene hogar. Su teatro está en reparaciones, el recinto que tenían de reemplazo fue descartado a último minuto y cada nuevo concierto ha sido en un lugar prestado. El esfuerzo, dicen sus músicos, vale la pena: en el 2021 deberían estar ya en su nueva casa, la de mejor acústica en Sudamérica.
Rodrigo González
20 ago 2019 01:18 PM