En una granja sin rejas, ubicada a 50 km de Santiago, funciona una comunidad terapéutica antroposófica cuyo enfoque plantea que despertarse al alba, arar la tierra, ordeñar vacas y dibujar flores tiene un poder sanador potente si, además, va acompañado de remedios naturales y la guía de un grupo de terapeutas. Por ahí han pasado más de cien personas con adicciones, depresiones e intentos suicidas; varios con fracasos previos de las terapias tradicionales. Estas son sus historias.
El modelo antroposófico de Cuyuncaví
2 dic 2015 12:38 PM