En un inédito fallo, el pasado lunes la justicia declaró culpable a Héctor Llaitul de los delitos de incitación contra el orden público, apología a la violencia -ambos de la Ley de Seguridad del Estado-, usurpación violenta, robo de madera y atentado contra la autoridad, por lo que el autodenominado werkén arriesga una pena de hasta 25 años de prisión. Las pruebas en su contra -calificadas de sólidas y contundentes por el tribunal- fueron obtenidas durante tres años de investigación, en los que, sin saberlo, las llamadas y los pasos de Llaitul permitieron situarlo como líder y facilitador de decenas de atentados incendiarios.