La encarnación del Joker en el filme de Todd Phillips reúne elementos que van desde las interpretaciones de Ray Bolger hasta el butoh japonés y las técnicas modernas de Martha Graham.
Alexis Paiva Mack
11 oct 2019 01:01 PM
La encarnación del Joker en el filme de Todd Phillips reúne elementos que van desde las interpretaciones de Ray Bolger hasta el butoh japonés y las técnicas modernas de Martha Graham.
Quizás Joker sea una película-ensayo sobre los efectos de las bromas pesadas. Una que aborda varias de las formas posibles del humor y sus malentendidos y que, en la paradoja que la vuelve inquietante, en ningún momento hace reír.
Es el hombre del momento gracias a su interpretación de Arthur Fleck, el enfermo mental que da origen al villano de Batman en la Joker del director Todd Phillips. Pero Joaquin Phoenix carga con varios personajes verdaderamente gigantes en el celuloide. Acá, críticos de cine y entendidos explican a Culto cuál es su rol favorito del protagonista de Her, Two lovers y The master, entre otras cumbres.
El Joker de Joaquin Phoenix, para decirlo sin eufemismos, es una lata. Peor que eso, es uno con alma millennial: estresado, infeliz, con problemas de autoestima, baja tolerancia a la frustración, débil, inseguro para lidiar con las relaciones sociales e hipersensible. Como si fuera necesario justificarlo.
Acá una serie de ocasiones en que la película del príncipe payaso del crimen recrea lo visto en las viñetas. Si aún no has visto Joker, te recordamos que HAY SPOILERS A CONTINUACIÓN.
¿Es o no el enemigo del murciélago? ¿Qué dice el director al respeto? Eso y más en la siguiente nota que tiene ALERTA DE SPOILERS.
¿Qué tienen en común ambas versiones del payaso enemigo de Batman? Atención: si no has visto la película aún, encontrarás spoilers en esta nota.
Desde varios homenajes al cine clásico y moderno, la película de Todd Phillips deslumbró con la historia de un hombre abrumado por la sociedad. Fernando Uribe, editor del sitio Alta Peli, elaboró una lista con películas que ayudan a entrar en el complejo universo de Joker, según él, "para entender en profundidad una de las mejores críticas sociales en un film mainstream". Más allá de El rey de la comedia y Taxi driver.
Hay un viejo adagio del mundo del circo que en su extensión puede aplicarse a cualquier orden social. Reza más o menos: cuando ocurre un desastre, se llama a los payasos para distraer al público. De ahí viene la frase "Send in the clowns", uno de los títulos del soundtrack de Joker a cargo del cierre de la película de Todd Phillips, donde figuran nombres como el power trío Cream, el crooner Frank Sinatra y la islandesa Hildur Guðnadóttir.
Guasón parece una gran apuesta, un filme jugado, osado, oscuro, arrebatador, pero es una franquicia ultra apoyada por Warner Bros (lindo el logo viejo pero no todo gesto retro vale en sí mismo) que dice correr riesgos pero que corre pocos.
Es un estreno que difícilmente pasará desapercibido. El desquicio y violencia encarnado por Joaquín Phoenix incomoda al nivel de cuestionarse los aciertos y errores de la sociedad actual. Calificada como excesivamente agresiva, la nueva encarnación del villano de Batman ha dado —y sigue dando— que hablar.
La Joker de Todd Phillips califica dentro del cine que perturba. De profundos desajustes mentales y lecturas psicoanalíticas, es una película incómoda, asfixiante y que coquetea con la incomprensión y la violencia perturbadora de su protagonista.
El director Todd Phillips junto a su coguionista Scott Silver sorprenden por la efectividad y potencia que presentan. Recordando a clásicos como El rey de la comedia -de la cual se retroalimenta y homenajea con ternura- y Taxi driver, construyen un sentido relato acerca de la enajenación y soledad de personas que sólo quieren conectar en medio de la enfermedad y el arrebato demoledor.
En conversación con Vanity Fair, el actor habló de veganismo, de su familia hippie y de su fallecido hermano River. También de cómo preparó su rol para Joker —disponible en HBO GO—, bajando 23 kilos y mirando películas de Buster Keaton, además de un tenso rodaje junto a Robert de Niro.
La película de Todd Phillips se mete en problemas. Propone conversaciones incómodas. Dibuja una ciudad confundida y autodestructiva. Ahonda en el imaginario del criminal más grande de la historia de los cómics y lo reinterpreta con tal plausibilidad, que el cierre de los créditos es acompañado con un silencio digno de la más grande de las catástrofes.