Ana María Acuña
2 feb 2024 09:30 PM
Las “concepciones tradicionalistas” respecto del rol de la mujer han disminuido considerablemente en los últimos años. Sin embargo, Chile se posiciona con mayores niveles de actitudes sexistas respecto de sus pares de Latinoamérica. Además, las labores domésticas y de cuidado siguen recayendo principalmente en mujeres, según una investigación del Centro de Estudios Públicos (CEP).
Ellas siguen participando menos que los hombres en el mercado laboral. Una de las razones es que un número importante, más de 1,4 millones versus 65.962 hombres, no buscó trabajo o no estuvo disponible para trabajar por responsabilidades familiares permanentes, como el cuidado de hijos o padres.
El Banco Central subió en 5 puntos porcentuales su estimación, debido al efecto en esas labores que provocó la pandemia.
El candidato presidencial comunista sostuvo que la libertad económica “tiene que estar enmarcada en el interés general de la nación y del bien común”. Postuló, además, que el país requiere reestructurar el Estado para que sea más eficiente y eficaz. Para lograrlo sugiere elevar la recaudación tributaria entre 7% y 10% del PIB. Sus prioridades costarían 2,4 puntos del PIB.
ComunidadMujer presenta campaña que emplaza a los hombres a hacerse cargo del trabajo doméstico y de cuidado. La posibilidad de que ellos puedan participar más en el mercado laboral y ganen más que las mujeres, agregan, se da principalmente porque se desentienden de esas labores.
Aunque antiguamente no se entendía de esta forma, el trabajo doméstico no remunerado es uno de los pilares fundamentales de la economía moderna. Una labor que, por décadas, fue desconocida y que gracias los cambios sociales y movimientos feministas ha sido reivindicada como una tarea esencial. Sin embargo, los indicadores aún son alarmantes: en pandemia, las mujeres han dedicado nueve horas semanales más que los hombres a estas labores.
Mujeres dedicaron 9 horas semanales más que los hombres a labores domésticas.
Siete de cada 10 trabajadoras de casa particular han perdido su puesto en los últimos 12 meses, lo que las ha transformado en la actividad laboral más afectada por la crisis del Covid-19 en el país. Una realidad que choca con sus propias biografías de años junto a las mismas familias, de ver crecer a niños y ser confidentes de patrones que en este contexto de vacas flacas simplemente las despidieron. Muchas de estas mujeres se dieron cuenta de que ni siquiera tenían contrato.
ComunidadMujer aplicó una metodología reconocida para medir esta contribución que pareciera invisible a los ojos de la economía, pero que es vital en momentos en que la discusión gira en torno a la paridad y las pensiones.