Las drogas, la pobreza, la cultura del consumo y el encierro fueron la mezcla perfecta para que una generación de adolescentes chilenos creara un sonido que cruzaba límites, como abrazar la cultura narco, que no habían sido quebrados en la escena local. ¿Por qué la industria los aceptó? ¿Por qué se volvieron tan masivos? La respuesta, según un productor, es simple: “Ser flaite se convirtió en un estilo de vida. No es visto como algo malo”.
21 ene 2024 12:15 AM