Marcela Palma, cuyo hijo permaneció horas conectado a máquinas con diagnóstico de muerte encefálica esperando poder ser donante, cuestiona las fallas del procedimiento y la reacción de Jaime Mañalich. "Pensé que él era un caballero, que era humano, médico, pero me quedó claro que es políticamente correcto, nada más. Ni siquiera mencionó el nombre de mi hijo, para él fue 'el donante'. Y eso es una vergüenza", dice.
Carlos Reyes Piérola
22 jul 2019 07:41 PM