A fines de 1922, el famoso físico alemán emprendió un viaje en barco con rumbo al Lejano Oriente. Durante su travesía redactó una vívida bitácora que acaba de ser publicada y que muestra al científico como un turista más que se enamoró particularmente de Japón. "Era un escritor muy colorido. Su estilo de narración en el diario es totalmente distinto al de sus documentos científicos", explica quien escribió el prólogo.
Marcelo Córdova
8 jun 2018 06:27 PM