Por: María José González, Catalina Orellana y Natalia Olguín / Collage: Silvia Caracuel
17 ene 2025 09:44 AM
El caso Beatriz se convirtió en un símbolo de la prohibición total del aborto en la nación latinoamericana, que castiga con prisión a quienes se someten al procedimiento, lo realizan o ayudan con esta práctica.
Cada segundo, nacen 4,3 bebés en todo el mundo. Para una mujer, el parto es uno de los eventos físicos y emocionales más impactantes en su vida. Sin embargo, el nacimiento, al igual que el cuerpo y la salud de la mujer, permanece poco estudiado y entendido.
La próxima semana en la Comisión de Salud del Senado se retoma la discusión sobre la Ley Adriana, un proyecto que fue inicialmente concebido como una legislación para el parto respetado, pero que se distingue por buscar una revolución y ha evolucionado para abordar la violencia ginecológica y obstétrica por separado. Algo fundamental –según las especialistas– pues en la actualidad no hay ninguna ley en Chile que aborde el concepto de violencia obstétrica, pero principalmente, porque en nuestro país, 8 de cada 10 mujeres reconocen haberla sufrido.
La Tercera formó parte de una investigación regional liderada por el sitio Salud con Lupa, con apoyo del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ), para contar las historias de mujeres que han sido víctimas de violencia obstétrica en nuestro país y el resto del continente.
En foros de internet, en las oficinas de reclamo de las clínicas y hospitales e incluso en los juzgados, las chilenas están expresando su molestia por lo que consideran un maltrato durante el parto: inducciones innecesarias, excesivos tactos vaginales, que les presionen el vientre para que la guagua salga o que las reten por no saber pujar. El tema ya llegó a la Cámara de Diputados, donde hace poco ingresó un proyecto de ley que busca sancionar lo que las mujeres recién se están atreviendo a denunciar como violencia obstétrica.
Es uno de los pocos hombres matrones que existen en el país. Y tiene apenas 29 años. Pero sus investigaciones sobre la violencia obstétrica y el apego, así como sus columnas de opinión, lo han transformado en activista del parto humanizado y en un promotor de los derechos de las mujeres. Estas son sus razones.