Aprende a hacer compost en tu casa: una guía para la cuarentena

Mucho se habla sobre reciclar y reutilizar, pero también existen formas para entender que a los residuos orgánicos se les puede dar un mejor uso. Para facilitar la descomposición y posterior conversión de los residuos orgánicos en abono, existe el proceso del compostaje. Acá te enseñamos cómo hacerlo.


Hay muchas maneras en las que se puede ayudar al medio ambiente. Si hablamos de basura, más de la mitad de los desechos que se generan en los hogares corresponden a orgánicos. Es decir, restos de alimentos que consumimos. La mayoría de este tipo de desechos van a la basura, mezclados con otro tipo de residuos como plásticos, papel, vidrio, entre otros. A futuro, la basura no reciclada entorpece el proceso de descomposición de la materia orgánica debido a la falta de oxígeno, liberando una gran cantidad de gas metano, uno de los famosos gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global. Para facilitar la descomposición y posterior conversión de los residuos orgánicos en abono, existe una forma sencilla de hacerlo: a través del compostaje. En palabras simples, se trata de un proceso de transformación de la materia orgánica para obtener abono natural, que es el fertilizante ideal para huertos o jardines. Pamela Bravo, dueña de Compostera.cl –tienda online que ofrece productos enfocados a reducir huella de carbono– cuenta que partió su proyecto de compostaje en un departamento en pleno centro de Santiago, en un balcón pequeño donde instaló un balde de cinco litros. Bravo vivía en ese entonces con tres amigos y no funcionó al 100 por ciento porque este camino es "a prueba y error", ya que sus compañeros de pieza no la apoyaron como ella esperaba. Con el paso de los años, Bravo se fue a vivir sola, encontrando la calma que el proyecto necesita para trabajar y reconocer la basura orgánica. Esta significa un 60 por ciento de los residuos que creamos. Según un estudio de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, un kilo de basura orgánica en un compost produce 95 por ciento menos de metano que en un vertedero. Reducir nuestros desechos orgánicos ayuda directamente a combatir el calentamiento global. "Como ciudadanos tenemos que hacernos cargo de nuestro paso por el mundo. Ya nos estamos dando cuenta con el coronavirus y también con la contaminación del planeta. Compostar reduce tu basura y es esencial cómo te conectas con la vida, porque hay microbios presentes allí y es algo fundamental", argumenta la creadora de Compostera. Otro dato importante es que Chile es el mayor generador de basura per cápita en Sudamérica: 1,15 kilos por persona al día, lo que equivale a más de 7,5 millones de toneladas de residuos municipales que terminan en vertederos o rellenos sanitarios al año. De esa cantidad de desechos, sólo se recicla o composta un 1,5 por ciento, según el Cuarto Reporte del Estado del Medio Ambiente 2018, del Ministerio del Medio Ambiente, lo que posiciona a Chile como el país con mayor porcentaje de envío de residuos a vertederos. El cambio de esta cifra puede partir por nosotros.

Cómo compostar

Para quienes decidan tomar la iniciativa, existen distintas formas que se adaptan al espacio o disposición de las personas. Pamela Bravo partió en un pequeño balcón y explica que, para quienes tienen patio, puede instalarse directamente en la tierra y, si te es más cómodo, puedes comprar composteras de madera, plástica u otras opciones. Hay de todos los tamaños e incluso puedes armar una con materiales en el patio de tu casa. Lo importante es definir el espacio donde instalarla, que cuente con iluminación y humedad, escoger el tamaño -ya que cada casa produce distintas cantidades de residuos orgánicos-, y acostumbrarte a alimentar el compost. Lo primero es reconocer y diferenciar los residuos:

1. Recolecta tus desechos orgánicos: Primero los que se pueden reciclar:

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Frutas y verduras en descomposición, cáscaras de frutas, semillas, papeles como toallas y servilletas, restos de café, té (sin la bolsita), residuos de yerbas, palitos chinos, cartón (cajas de pizza limpias), restos de comida (sin carne ni lácteos), ensaladas que sobraron (con y sin aliños) o la coronta del choclo. Otros residuos que se pueden compostar son las flores, tallos, hojas, pasto, algodón (sin químicos), cáscaras de huevo, polvo y algunos materiales compostables como los cepillos de bambú, por ejemplo. Hay desechos que

no pueden ser utilizados

en este proceso como carnes, lácteos y desechos de animales.

2. Instala tu compostera:

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Para llevar a cabo el proceso, parte con algún recipiente de recogida para la cocina que tenga capacidad de 3 a 6 litros o simplemente una bolsa. Aquí puedes ir acumulando todos los desechos orgánicos. Posterior a la recolección, en una maceta o huerto orgánico puedes colocar los desechos y mezclarlos con la tierra. Es preferible que los desechos queden completamente cubiertos con una capa de tierra. Si deseas invertir, puedes comprar composteras con niveles y conseguir lombrices rojas californianas, una especie de lombriz de tierra conocida por acelerar el proceso de compostaje. Algo fundamental en todo compostaje, según Bravo, es considerar tres variables: presencia de oxígeno, temperatura y humedad. El proceso de degradación y descomposición de los alimentos orgánicos puede llegar a alcanzar hasta 70 grados de temperatura en un proceso de descomposición máxima. Todos los desechos deben picarse en trozos para que el proceso sea más eficiente. Dentro de la compostera, debe existir un equilibrio entre material orgánico, material seco y humedad.

3. Distingue los elementos:

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Cada desecho orgánico que colocamos en las composteras funciona de manera distinta. Por ejemplo, la materia verde por lo general es húmeda y le aporta nitrógeno al sistema. Estas son las cáscaras de frutas, de huevos, café molido, restos vegetales, plantas, arroz o pastas cocinadas. La mayoría de tu comida cae en esta categoría. Otro caso es la materia café, que destaca por ser seca y le dará carbono al compost, además de ayudar a prevenir malos olores. Como las hojas secas, cajas de huevo, papeles, diario, ramas, etc.

4. Ten paciencia:

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El proceso de compostaje es natural y debe tomarse con calma. Puede llevar unos 3 o 4 meses en compostar y convertirse en abono orgánico. Según Bravo, tras lograr conseguir el abono natural, aportamos dando nutrientes a las plantas o fortaleciendo el huerto: “En espacio de cuarentena, donde estamos en casa y en familia, disfrutar estos momentos en que el antiguo estilo de vida no nos permitía, es importante reconectarse con la tierra y cuidar nuestro entorno”.

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