Mientras la pandemia obligaba a gran parte del país a quedarse en casa, Alfredo Olguín recibió una llamada de su mamá, de 66 años. Ella le comentó emocionada que se podía tocar los pies nuevamente. Olguín no entendía. Su mamá le explicó que solo pudo hacerlo después de semanas de hacer ejercicios en su casa, pues antes le era imposible. No solo eso, sino que también podía subir las escaleras y se sentía con más energía a pesar del encierro. Desde hace 15 años a Alfredo Olguín, dedicado al control del presupuesto del observatorio ALMA, le ha preocupado el estado de salud de sus padres. Ambos son adultos mayores. Hasta marzo, él se encargaba de motivarlos a hacer ejercicio, pues le preocupaba que con la edad su salud se deteriorara, aunque no lograba que fuera constante. Como la pandemia los obligó a separarse, Olguín debió limitarse a monitorear a sus papás por teléfono. Vio que ambos empezaron a cambiar por el encierro. Su papá, de 71 años, incluso mostraba signos de depresión producto del confinamiento, lo que se sumaba a los malestares físicos propios de la edad. Su mamá, por su parte, se caracteriza por ser una mujer muy activa. Incluso trabajaba con uno de sus hermanos hasta antes de la pandemia, pero el confinamiento le hacía imposible moverse.

Unidos por el deporte

José Miguel Péndola tiene un emprendimiento desde hace 11 años. Bootkamp Chile se caracteriza por promover el entrenamiento al aire libre. Alfredo Olguín es uno de sus alumnos. Debido a la pandemia, Péndola rápidamente debió adaptar sus clases a la modalidad online, con clases diseñadas para hacerse entre cuatro paredes. Entre su grupo de alumnos, había personas de la tercera edad, para quienes fue muy difícil acomodarse a hacer ejercicio en sus casas, debido a que no estaban familiarizados con la tecnología necesaria para los entrenamientos. "El tema de la conexión y las aplicaciones era un problema para ellos, porque no están hechas para el adulto mayor. Podría ser mucho más simple", dice Péndola. Como recién se estaba adaptando a hacer clases online, el profesor llamó a Olguín, su alumno, para discutir sobre la nueva modalidad. Le comentó que quería potenciar su negocio, pero la pandemia lo hacía difícil. Olguín se entusiasmó y comenzaron a barajar ideas que pudieran hacer en conjunto, hasta que ambos compartieron sus experiencias con adultos mayores. Olguín la de sus papás y Péndela la de sus alumnos, y detectaron que había un problema del que nadie se hacía cargo: en Chile no existían una plataforma digital de entrenamiento pensada y diseñada específicamente para adultos mayores.

Emprender en medio de la pandemia

Cuando ya tenían la idea en mente, llamaron a Lodewijk Verdeyen, exgerente general de Engie Factory, una incubadora corporativa de startups, otro de los alumnos de Péndola, y le pidieron su opinión. Él, quien es belga, les dijo que el problema existía en todo el mundo y que, en general, había muy poca tecnología y herramientas pensadas en la tercera edad. A los tres les atraía la idea, por lo que se unieron y formaron la Comunidad Vigor. No se ven desde comienzos de marzo, cuando entrenaban juntos, por lo que todas las gestiones para levantar el emprendimiento las han hecho vía remota. El emprendimiento consiste en una plataforma que motiva específicamente a personas de la tercera edad a desafiar sus capacidades y mejorar su condición física dentro de una comunidad virtual. Cada semana, los alumnos tienen acceso a tres clases grupales en vivo, en que profesores de educación física supervisan las actividades. Las sesiones procuran respetar las dificultades físicas propias de la edad que podrían tener los alumnos. Para el preparador físico es especialmente relevante que los adultos mayores se mantengan activos durante la pandemia, pues pierden masa muscular a mayor velocidad que los menores de 60 años. El plan piloto de la Comunidad Vigor lo hicieron con los papás de Alfredo y algunos de sus tíos. Empezaron a probar y se dieron cuenta de la paciencia era fundamental para trabajar a distancia con sus adultos mayores. Olguín recuerda que la primera vez que intentó ayudar a sus papás a instalar Zoom a través de FaceTime, estuvieron una hora y media al teléfono. A ellos les costaba cambiar la cámara de frontal a la trasera, no se veían lo que querían indicar, o ponían el celular muy lejos. A pesar de las dificultades, han logrado aprender a enseñar a quien lo necesite a instalar programas e iniciar videollamadas. "Probablemente si alguno de los alumnos quisiera que nosotros fuéramos para allá, podemos ayudar, o algún familiar que ayude a hacer las conexiones o lo básico y listo", explica Olguín. Para José Miguel Péndola es clave que el primer encuentro con el emprendimiento sea efectivo, pues una mala primera instancia podría significar que los alumnos no quieran volver a participar.

Trabajar con adultos mayores

El grupo etario de la tercera edad se caracteriza por su heterogeneidad. Mientras hay algunas personas muy activas a una avanzada edad, otros pueden tener malestares físicos que les impiden moverse con facilidad incluso a edades tempranas. Como es un grupo con individuos diferentes, los emprendedores se han encontrado con algunas dificultades en el camino. "Son súper críticos, estrictos y les molestan las cosas más sencillas a veces. Hay que tener mucha empatía y paciencia para trabajar con ellos", dice Olguín. A algunos ni siquiera les gusta que se refieran a ellos como adultos mayores. A otros, por ejemplo, les molesta que las clases tengan música. Con el paso de las semanas en marcha, han aprendido a manejar esas dicotomías. Ahora ofrecen clases con o sin música, y constantemente reciben una retroalimentación a través de un grupo de WhatsApp que tienen con los alumnos. Hasta el momento, la Comunidad Vigor tiene alrededor de 30 estudiantes inscritos. Aunque a los emprendedores les gustaría tener cinco o seis clases diarias todos los días de la semana, para que los alumnos tengan una paleta de opciones de actividades, aún no es posible. "Tenemos horarios bien definidos por temas presupuestarios, porque, como estamos partiendo y al adulto mayor no lo queremos exprimir en términos monetarios, estamos tratando de nosotros soportar el grueso", afirman. Los emprendedores están en una etapa de búsqueda de apoyo de marcas, instituciones o auspicios, pues, hasta el momento, la plataforma es gratis. Se limitan a recibir aportes voluntarios de cada alumno. Sus planes son pagarles a más profesores para lograr hacer clases de lunes a domingo en distintos horarios e implementar otro tipo de actividades, no solo físicas, sino también promover aspectos como salud física y mental. En este

puedes ver el catálogo completo de los emprendedores destacados por la convocatoria “COVID-Colaboración y Vida”, impulsada por la Fundación Chile, con el apoyo de Empresas CMPC, Entel y Microsoft.