El emprendimiento chileno de stickers de cobre antimicrobios que triunfa en Estados Unidos

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Nicolás Méndez ha montado en California la startup “Clean Copper”, una solución que ocupa los beneficios sanitarios del metal rojo para crear superficies auto-sanitizantes y adaptables a cualquier industria, que ya funciona en hospitales e instituciones del país norteamericano.


En algún minuto de su infancia soñó con estudiar medicina, pero ya más grande Nicolás Méndez se dio cuenta que tenía facilidad con los números, y que anhelaba tener su propia compañía con la que pudiese, de alguna u otra forma, mejorar el mundo. Paso a paso fue construyendo su historia. Estudió ingeniería civil industrial en la Universidad Católica de Valparaíso y, tras egresar, trabajó por seis años en la industria del retail, donde reconoce que comenzó a ver ciertos “dolores de la industria” y a desarrollar tecnologías para solucionarlos. “Aquí me di cuenta de que mi pasión era crear cosas nuevas y solucionar problemas existentes. Así comencé con otros proyectos”, relata desde Estados Unidos este chileno, quien en 2017, en el sol de la costa oeste del país norteamericano decidió fundar una startup ligada a una de las materias primas vitales de Chile: el cobre.

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El proyecto nació mientras cursaba sus estudios de postgrado en la Universidad de California. Tras saber que una comisión de ProChile, institución del Ministerio de Relaciones Exteriores encargada de la promoción de la oferta exportable de bienes y servicios chilenos, realizaría una charla referente al cobre en Los Angeles, decidió internarse en emprendimientos relacionados con este metal noble y sus efectos antimicrobianos. Nicolás cuenta que existían varias ideas buenas para aplicar los beneficios del cobre en tecnología de higiene, pero ninguna con una estrategia clara ni con una ejecución que le llamara la atención. Fue así como junto a Kenneth Lu, compañero de clase, comenzaron a ejecutar una estrategia de levantamiento de capital mientras planeaban cómo introducir al metal cobrizo en el proyecto. Como todo inicio, tuvo sus problemas. “El cobre es caro, y la verdad era que no existía forma, en ese momento, de escalar el negocio basado en la estrategia que muchos plantean”, recuerda, agregando que sabían que si lograba junto a su compañero llegar a un producto específico, tendrían un modelo sumamente escalable y que podría beneficiar a la población en general. [caption id="attachment_1016582" align="alignleft" width="692"]

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Las posibilidades de de instalación que tiene Clean Cooper son muy variadas, matando virus en solo minutos gracias a las propiedades del cobre reconocidas a nivel mundial.[/caption] En aproximadamente tres meses encontraron la forma de llevar aleaciones con un alto porcentaje de cobre a distintas industrias norteamericanas, de manera rápida y costo-eficiente. Bajo el emprendimiento Clean Copper, Méndez se dedicó a convencer a gerentes de todo California sobre las soluciones antibacteriales que el cobre puede ofrecer en el campo de la sanitización.

Cobre en forma de “sticker”

La solución diseñada por Nicolás Méndez y Kenneth Lu se basa en una aleación con un contenido cercano al 96% de cobre, la cual es reducida a una lámina, y tratado como un sticker, que se puede pegar en cualquier superficie a través de distintas figuras generadas con máquinas de corte, desde un pasamanos a un picaporte. Clean Copper logra la creación de una superficie auto-sanitizante y adaptable para cualquier industria, siendo costo-eficiente, efectiva y de rápida producción e instalación, donde cualquier virus o bacteria que entre en contacto con la superficie muerte a los pocos minutos. En los primeros pilotos que realizaron, el equipo buscó instituciones que pudiesen estar interesadas en probar esta nueva forma de limpiar. Antes de que la pandemia mostrara sus efectos en el país del norte, Mendéz conversó con universidades y hospitales, los cuales tras una serie de reuniones, se mostraron dispuestos a probar el trabajo de Clean Copper. “Fue ahí donde pudimos probar y publicar documentos que mostraban la forma de operar y la efectividad de esta nueva tecnología”, detalla. A la hora de llevar la tecnología, el chileno reconoce que los hospitales norteamericanos solo hacían un cálculo económico simple para ver si, financieramente, era un producto que les podía ayudar a minimizar costos. Tras los primeros efectos del coronavirus en dicho país, las instituciones de salud tuvieron un cambio de 180 grados, prefiriendo elementos que ofrezcan una limpieza constante y segura, más allá de lo económico. A diferencias de otros emprendimientos que debieron reinventarse, para Clean Copper la pandemia ha sido un motor de crecimiento, dado el foco que las industrias le han entregado a la limpieza y sanitización de superficies. Su aporte a la descontaminación apareció, según su creador, en el momento perfecto. Actualmente, la startup cuenta con clientes en California y en Santiago y Viña del Mar. Las láminas de cobre están repartidas en espacios tan diversos como clínicas, supermercados, ferreterías o centros de distribución de víveres, con un alto movimiento de trabajadores y personas. Si se trata de referentes en innovación, Nicolás Méndez tiene a Elon Musk como un ejemplo de lograr objetivos y, al igual que el creador de Tesla Motors, espera seguir encontrando nuevas formas de mejorar su producto. “Me inspira el entender nuevas cosas, el mirar ciertos aspectos de cómo se hacen las cosas y qué es lo que se puede hacer para mejorarlos”, describe el ingeniero, quien ya pretende expandir su negocio a otras partes del continente. Actualmente, Clean Copper cuenta con capitales extranjeros dispuestos a avanzar a nuevas etapas. El chileno, a la distancia, piensa que más que soñar, está trabajando para cumplir los objetivos que se propuso cuando su emprendimiento aún era una idea en una clase de universidad. Sus metas están puestas en llevar a Clean Copper como una solución moderna a otras ciudades de Estados Unidos y Latinoamérica, y hacer honor al lema de su startup: “Limpiamos el mundo… continuamente”.

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