La industria fúnebre tiene cierta mística. Aunque inevitablemente es cercana, no es un tema del que se hable los domingos a la hora de almuerzo. Para muchos, es mejor evitar el tema hasta que sea estrictamente necesario enfrentarlo. La publicidad de los servicios funerarios siempre es sutil, nada muy explícito. Se sabe poco sobre precios, contactos y cómo funciona esta industria, que se apega a una tradición de trabajo que data de siglos y que es reticente a modernizarse. En 2015, un accidente automovilístico provocó la muerte de familiares cercanos de María Olga Berríos. Ella debió encargarse de los trámites correspondientes, pero no sabía por dónde partir. Nadie espera tener que organizar un funeral, pero cuando ocurre no queda opción y hay que comenzar a hacer llamados y firmar contratos, mientras se está en un estado vulnerable y sensible. Como si la situación no fuese lo suficientemente compleja, su hija acababa de casarse y estaba de luna de miel. Tenerla lejos implicaba que no podían vivir el duelo en familia. Actualmente, Berríos tiene 55 años. Es administradora de empresas y casi toda su vida laboral estuvo ligada al área de la salud. En 2014, mientras trabajaba en un centro médico, conoció a Ana García, una española de 29 años que llegó a Chile para terminar su carrera de ingeniero agrónomo, pero que optó por radicarse en el país. Aunque tienen 26 años de diferencia, congeniaron, pues tienen una forma similar de trabajar. Mientras almorzaban juntas, Berríos le contó sobre su experiencia al organizar un funeral y le dijo que tenía ganas de armar un negocio ligado a esa industria. Para García fue fácil empatizar con su compañera de trabajo. “Yo estaba lejos de mi familia. Si a mí me pasaba algo parecido, cómo controlo esta situación desde la otra punta del mundo", recuerda que pensó. Así fue como ambas detectaron que había un verdadero problema. Se dieron cuenta de que, al perder a un ser querido, la presencialidad era un factor determinante a la hora de organizar un funeral. Además, en una situación así, de duelo, generalmente se toma la primera opción que ofrecen, sin detenerse a comparar precios. "Después te das cuenta de que hiciste un gasto innecesario, teniendo alternativas bastante más económicas. Porque uno en el momento no piensa, lo único que quiere es salir rápidamente del problema", dice Berríos.

La puesta en marcha

En 2017, las emprendedoras iniciaron las pruebas y lograron sacar un prototipo del servicio. Su idea era crear una especie de red social que permitiera rendir tributo a los difuntos y guiar a familiares y amigos a los eventos asociados a él sin importar dónde estén, y que incluso se pueda ser parte de las ceremonias vía streaming. Además, hoy la start-up se caracteriza por ofrecer alternativas más económicas que las tradicionales. Comenzar no fue fácil. "Tuvimos hartos problemas. Todo esto ha sido con inversión propia, hemos puesto las lucas las dos. Ha sido un desgaste y un gasto impresionante", cuenta Berríos. Ella dejó de trabajar el año pasado para dedicar el 100 por ciento de su tiempo a su nuevo negocio. Ana García hizo lo mismo este año. María Olga no se maneja bien con la tecnología. Aunque había tenido experiencias previas cuando fue gerente comercial de una clínica, siempre un especialista la apoyaba. Ahora le toca incursionar en primera persona, siempre con el apoyo de García. "Si algo nos caracteriza es que las dos somos súper perseverantes. Nunca tiramos la toalla, estamos siempre peleando, aunque las condiciones sean muy adversas", dice García. "Somos obsesivas, trabajadoras y muy ordenadas. En eso nos parecemos mucho y cuando uno está flaqueando, la otra le da un empuje", agrega Berríos. Entre las dos lograron dar con un servicio fúnebre online que puede hacerse de principio a fin en el sitio, para que quienes lamentan una pérdida solo deban ingresar y no deban preocuparse de ningún trámite. El sitio reúne en un mismo lugar a todos los actores que ofrecen servicios de la industria fúnebre, tales como la contratación del féretro, el envío de flores, coronas de caridad y relicarios. Tambien, en el sitio web de Memoriales (

) se puede publicar y compartir mensajes, expresiones de gracia y enviar flores en una zona de homenajes que García y Berríos crearon, parecida a Facebook. Se trata de un muro en el que se puede poner una foto del difunto y su historia. Los seres queridos también pueden dejar regalos y velas virtuales con mensajes. Para las emprendedoras un hito que ayudó reafirmar que su emprendimiento iba por buen camino fue cuando, entre más de 10.000 postulantes, Memoriales fue seleccionado como uno de los 100 proyectos que serían parte del programa "Nada te detiene", emitido por TVN y organizado por la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) en 2019. Además de ser premiadas con una mentoría con la Corporación Simón de Cirene y por la organización Mujeres Empresarias, en septiembre comenzarán a participar en Start-Up Chile, lo que les permitirá tener un contacto más estrecho con el mundo empresarial. Con el fondo que ganaron, planean invertir en publicidad para darse a conocer.

Las reacciones a su emprendimiento

Como para muchas personas el costo de publicar una defunción en el diario es muy costoso, las emprendedoras han recibido respuestas positivas por parte de sus clientes y sus familias, pues en el sitio incluso se puede dejar condolencias de forma gratuita. Uno de los servicios que más han valorado los clientes de Memoriales es que las emprendedoras se preocupan de que se planten árboles en los bosques de la Patagonia chilena a nombre de los difuntos. Cuando alguien contrata el servicio, se le entrega un certificado con la geolocalización de un árbol plantado en colaboración con la Fundación Reforestemos. Lo que hay detrás de esta acción es innovar en el servicio y que se genere una nueva forma de acompañamiento a los clientes, más ligada a la ecología y a la trascendencia. "La idea es que la partida de un ser querido no quede como ahí, sino que deje un legado y que todos podamos formar parte de ese legado plantando árboles en su nombre", cuentan las empresarias. Sin embargo, trabajar en conjunto con los servicios fúnebres no ha sido fácil. Pues, dicen, son reticentes al cambio. "Eso nos ha costado un poco más porque es una industria sumamente antigua, muy obsoleta y de familias muy antiguas, entonces tienen tradiciones que no van acompañadas de la tecnología. Hay muy pocas tecnologizadas", cuenta María Olga Berríos. A pesar de las dificultades en los meses de pandemia, en que por exigencias de los protocolos sanitarios los funerales no han podido exceder las 20 personas, el servicio de las emprendedoras ha incrementado sus operaciones en tiempos en que no todos pueden hacerse presentes en las ceremonias. "Ha dado muchas facilidades a familias para poder comunicar el fallecimiento, expresar su condolencia, recordar a los que no están. Se nos ha ocurrido implementar distintos obsequios para los familiares, porque la pandemia dejó también de tener el servicio de flores", afirman Berríos y García. Actualmente, Memoriales implementa en su sitio un servicio de e-commerce de distintos servicios, tales como el envío de chocolates, flores, plantas y hasta esculturas. Para cuando las exigencias propias de la pandemia disminuyan, planean comenzar a organizar ceremonias. "Como la mayoría de los de los difuntos han sido incinerados, vamos a tener alternativas ahora, cuando termine todo esto, de que se puedan hacer ceremonias de esparcir las cenizas en el mar", cuenta Berríos. En este

puedes ver el catálogo completo de los emprendedores destacados por la convocatoria “COVID-Colaboración y Vida”, impulsada por la Fundación Chile, con el apoyo de Empresas CMPC, Entel y Microsoft.