Un informe de la ONU refleja la importancia de los árboles como sumideros de carbono de la atmósfera, función que no pierde con su procesamiento. Se estima que esta reducción alcanza hasta 135 millones de toneladas.

Así lo explica una publicación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que resalta y promueve la importancia de la silvicultura para un futuro bajo en carbono.

El documento detalla una serie de ideas sobre cómo catalizar la huella de carbono, que van desde privilegiar los muebles de madera para el hogar u oficina, y los pellets como combustible, entre otros.

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La madera siempre contamina menos. La retención de carbono compensa casi en su totalidad las emisiones de gases de efecto invernadero que conlleva su fabricación.[/caption]

Esto se produce porque los productos de madera no se oxidan, lo que les permite continuar almacenando carbono. Además, la FAO concluye que esta retención de carbono compensa casi en su totalidad las emisiones de gases de efecto invernadero que conlleva su fabricación. La madera siempre contamina menos. Por ejemplo, la fabricación de un escritorio de madera implica una menor emisión de CO2 que la de los muebles de oficina modernos hechos de acero y materiales plásticos, los que, además, tienen menos opciones de eliminación al final.

La FAO también destaca que el balance de carbono de un edificio con armazón de madera es sólo la mitad comparado con los que tienen una estructura de hormigón. La construcción de edificios de madera se ha ido consolidando y aumentando en los últimos años, destacando su eficiencia ecológica y tiempo de construcción en relación al hormigón.

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La biomasa leñosa convertida en forma de pellets -madera reciclada de desechos- se transforma en fuente de energía a gran escala.[/caption]

Principal biocombustible sólido

El hecho de promover la madera como fuente de energía renovable puede parecer contradictorio, pero tal como explica la FAO, es el principal biocombustible sólido, ya que supone el 69% del suministro de energía renovable del mundo y es el principal combustible doméstico para cerca de 2 mil 400 millones de personas.

En bosques gestionados de manera sostenible, la biomasa leñosa convertida en forma de pellets -madera reciclada de desechos- se transforma en fuente de energía a gran escala. En específico, son 1.860 millones de metros cúbicos de madera (más de la mitad de la producción maderera del mundo según sus mediciones) que se utilizan para dicho propósito, poniendo de relieve los beneficios potenciales de una gestión más sostenible.

De hecho, la FAO promueve el fomento del "aprovechamiento de la biomasa en cascada", en casos como el uso de madera reciclada para fabricar muebles o embalajes y luego usarla de nuevo como fuente de energía, lo que podría reducir las emisiones de carbono en hasta 135 millones de toneladas, así como disminuir la necesidad de vertederos.