Reciclar una tonelada de papel se traduce en ahorrar la emisión de dióxido de carbono (CO2) de 400 autos durante un día. El papel que puedes reciclar evita contaminar innecesariamente y puede ser aprovechado como materia prima en muchos otros productos. Además, al reciclarlo, se disminuye el consumo de madera, agua y energía utilizados en su fabricación. También se reduce la contaminación del agua y del aire, al no tener que fabricar pasta de papel. Para Rodrigo Vargas –académico del departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera y miembro de la agrupación Separrremos–, reciclar papel, dice, es básicamente voluntad. “Partir por casa reciclando significa que tú puedes diferenciar y separar los tipos de papeles, estar dispuestos a tomar un residuo o algo que no nos sirve poder organizarlo, para después venderlo o llevarlo a un punto de reciclaje o que alguien se encargue de ir a buscarlo”, explica. Otro caso es el de Adriana García Huidobro, creadora de la cuenta @reciclacción y entusiasta del reciclaje desde 2006. Relata que comenzó a reciclar en su departamento, sin considerar los residuos orgánicos. En ese tiempo, Adriana recibía hasta las boletas a pagar, las cuales reciclaba con otros papeles que encontraba en su hogar. En su primera experiencia, el 95 por ciento del papel recolectado por su cuenta era reciclable. ¿Cómo empezar a reciclar en casa? Lo primero es identificar qué papeles podemos reciclar y cuáles no.

Diferencia los papeles

Primero, los que se pueden reciclar.

Entre los más comunes está el papel de resmas como hojas rayadas o dibujos, fotocopias, impresiones, el papel con membrete, formularios, facturas, boletas y todo papel que se le asemeje. Otros papeles cotidianos a considerar son las cuentas de la luz, cuadernos antiguos sin espirales o corchetes, papel roneo, diarios en desuso. También son reciclajes los cartones como cajas de zapatos y cajas de pizza sin grasa. En el caso de esta última debes sacar los pedazos sucios y disponerlo en un basurero normal, el resto de la caja se puede reciclar. Por último, papeles procesados como revistas o folletos, con menor cantidad de celulosa, también se pueden reciclar.

¿Qué papeles no son reciclables?

Los polipapeles –es decir con polímeros como vasos plásticos– las toallas de papel, servilletas, papel higiénico, pañuelos de papel, papel de mantequilla, papel diamante, papeles plastificados o con algún repelente para la humedad. En caso de que tengas algún papel reciclable pero que esté sucio con grasa, este no sirve y debe ir directo a la basura.

Ubica a recicladores o puntos limpios cercanos

Tras cumplir con el reciclaje hogareño, el de papel y cartón se debe entregar a recicladores base –trabajadores que recolectan y cumplen el primer paso en la recuperación de residuos–, quienes son los encargados de enviar el material a plantas valorizadoras, para que estas lo puedan tratar y convertirlo en papel nuevo para usar.

Otra opción que puede ser más fácil, es ubicar el punto limpio más cercano a tu hogar. Puedes ir una vez al mes a llevar el papel que tienes en tu casa, el cual puedes dejar en una papelera en alguna oficina o espacio donde se ocupe papel a menudo.

Usa tu creatividad y reutiliza

Si tienes hijos, incentiva a que aprendan a reciclar desde la creatividad, así desde pequeños inculcas el hábito de separar residuos y reutilizar material. Entre las recomendaciones, Adriana García Huidobro relata que una forma es jugar con la imaginación. Por ejemplo, su nieta de 4 años quería un castillo para su cumpleaños, por lo que sus padres hicieron uno con restos de cartón que había en la casa. Otro acto sencillo es crear libretas con trozos de hojas sin rayas en caso de que necesites anotar números o datos mientras trabajas.