Antonia Orellana: “Hay un quiebre en la expectativa de las personas respecto del Frente Amplio”
La ministra de la Mujer y Equidad de Género admite que el golpe por el lío de platas ha pegado duro en el Frente Amplio y que -incluso- supone un quiebre en su autopercepción de fuerza política propia. También sostiene que la impronta de este momento es la necesidad de la unidad más amplia posible en el oficialismo.
La titular de la Mujer, Antonia Orellana (CS), revela que los ministros del Frente Amplio estaban organizando una cena a su par de Vivienda, Carlos Montes (PS), para apoyarlo en medio de las críticas desatadas por el escándalo del lío de platas que azota al gobierno y que tuvo su origen en esa cartera. “Era para que supiera que estamos en el mismo buque”, explica. Y aunque la actividad no se realizó por agenda, Orellana sostiene que es reflejo del espíritu de colaboración que hay en el equipo ministerial y que -reconoce- no se replica en el resto del oficialismo.
Que usted sea la única ministra del Frente Amplio en el comité político, ¿no es la prueba más evidente de la pérdida de poder que ha tenido ese conglomerado?
Más que pérdida de poder es muestra de las dificultades que hemos debido ir superando. En todo caso, los cargos en sí no logran nublar varias gestiones que para nosotros son satisfactorias. Por ejemplo, el liderazgo de la delegada Constanza Martínez en seguridad; lo que se ha podido avanzar en el Plan Buen Vivir con Víctor Ramos; el liderazgo del Ministerio de Economía en la discusión por el sueldo mínimo; la disminución de la pobreza en la Casen, lo que muestra es que hay una política social que está evitando que personas caigan en mayores niveles de pobreza. Hay muchas medidas y perspectivas que hemos ido aportando como Frente Amplio a la cabeza de ministerios, pero también en distintos espacios que siguen plenamente vigentes.
Las dificultades pueden entenderse como factores externos. ¿Cuánto hay de la responsabilidad propia, de los autogoles?
En primer lugar, hay condiciones que nos van a acompañar todo el gobierno. Este es un gobierno que no tiene ningún año sin coyunturas electorales y eso moldea las disposiciones al ánimo de llegar a acuerdos en otros sectores y, por lo tanto, es un factor respecto al posible éxito. En cuanto a los autogoles, ha habido varios, pero evidentemente la cuestión de Democracia Viva ha sido uno que ha pegado muy duro, porque rompe cierta expectativa desde las personas respecto de esta nueva fuerza política, pero también porque esto rompe cierta percepción de la fuerza propia, respecto de uno mismo como fuerza política.
¿Está diciendo que no pensaba que este tipo de cosas pudieran pasar dentro del Frente Amplio?
No, yo soy pesimista (sonríe). Y he trabajado lo suficiente en distintos ámbitos como para saber que este tipo de cuestiones pueden aparecer en cualquier sector. Y por eso para mí es muy importante las reacciones que se tengan.
Usted habla de quiebres en las expectativas respecto del Frente Amplio y también sobre la fuerza propia. ¿Cuán profundo es ese golpe?
Como toda crisis tiene un momento que es contingente y otro que se va restaurando a mediano y largo plazo. El Frente Amplio con su corta experiencia de vida ha tenido otras crisis. La derivada de las discusiones respecto del 18 de octubre, la derivada del acuerdo constitucional del 15 de noviembre. En todas ellas también las posiciones generaron crisis por unos u otros lados, pero ha sido la acción constante de esas direcciones las que permitieron demostrar que fueron las decisiones correctas. El llegar hasta la última hebra de lo que se ha llamado caso convenios es precisamente el camino correcto.
Cuando usted habla de que se ha reaccionado correctamente…, ¿a qué tipo de decisiones se refiere? Porque lo que se ve es un cuadro en el que han caído cinco autoridades de gobierno, por goteo.
La salida inmediata de autoridades es una decisión correcta; poner los antecedentes a disposición de Fiscalía y también del Consejo de Defensa del Estado son decisiones correctas; abrir auditorías y convocar equipos transversales para poder ver cómo se aumentan los controles respecto del uso de recursos públicos también son las decisiones correctas y van a dar su fruto, aunque no esté hoy. Ahí se ve un camino que es el que permite restaurar la confianza.
Lo que llama la atención es que, por ejemplo, una subsecretaria tenga que renunciar a más de un mes y tanto de la crisis por a lo menos un conflicto de interés que es de las mismas características que el escándalo original...
La verdad es que no puedo dar explicaciones por otras personas. La ley se presume conocida cuando uno asume un cargo. Y, además, es importante tener equipos. Si uno no tiene la expertise, tener un equipo. Y precisamente para eso están las direcciones jurídicas, los asesores jurídicos y el equipo que te rodea. Porque una autoridad al final es solamente la cara de un montón de personas que trabajan en equipo para sacar adelante una institución.
¿Le parece que las autoridades del FA han estado a la altura de lo que se espera de una autoridad de gobierno?
En mi caso, sería de muy mal gusto hablar de la mía propia. Pero, por ejemplo, este año en ninguna ciudad del sur hubo escasez de pellets y eso fue porque con antelación el ministro Pardow trabajó con los productores y con los exportadores para que hubiera stock y no se encarecieran. ¿Qué más decir? O sea, podría ir una por una las autoridades. Pero creo que hay muchas gestiones que han sido exitosas en ambos lados. Y ha habido también errores en distintas autoridades de gobierno.
Pero ha habido mayor fragilidad en las autoridades del Frente Amplio...
¿Sí?
Eso lo ha dicho el Presidente incluso. Cuando habla de la curva de aprendizaje… ¿O se le ha cargado la mano al Frente Amplio?
Ha habido gestiones exitosas y errores en todos lados, como en cualquier gobierno. Pero sí creo que hay sectores que tienen un interés, en primer lugar por cómo figuras del Frente Amplio lideraron la oposición a la administración pasada, y creo también que hay quienes tienen simplemente rencillas o resquemores especiales hacia ciertas figuras, como el ministro Jackson. Hay algunas cuestiones que parecen sinceramente una obsesión, medio freudiana.
¿Usted es de las que opinan que el ministro Jackson no tiene ningún tipo de responsabilidad política en esto?
Si alguien ve una responsabilidad política, es decir, que en el ejercicio político de su cargo el ministro Jackson instó a que ocurriera esta crisis, son antecedentes que yo al menos no conozco. Y quien lo sustenta debería entregarlos. Además, creo que cinco autoridades fuera es un remezón bastante importante.
En el mismo oficialismo está la sensación de que hay un problema en la continuidad del ministro Jackson en el gabinete...
No puedo responder a sensaciones. Pero no me corresponde a mí hablar por el Presidente. Estamos en un momento político en el que la impugnación, desde hace ya varios años en Chile, llama mucho más la atención que el poder gestionar cosas. Y en ese sentido hay liderazgos que crecen solamente en la base de esa impugnación.
Da la impresión de que está hablando del Frente Amplio, que hizo de la impugnación su camino al éxito…
Y por eso mismo dije hace ya varios años... no es una queja, es un análisis, una constatación.
Pero hace un ejercicio crítico ahora de ello...
Es muy distinto hacer un ejercicio de oposición que ser oficialismo.
¿Lo dice porque le ha sorprendido a usted el tenor de las críticas de personeros del PS? Senadores diciendo que les da vergüenza defender al gobierno.
Tengo la suerte de poder trabajar con muchos socialistas y no creo que sea una visión de partido, en primer lugar. Lo del gobierno de mierda es una cita mal ejecutada, y respecto del senador Juan Luis Castro, yo estaba bien asombrada, pero la verdad es que después ocupé un poco Google y vi cuál fue su actitud con el Auge en el gobierno de Lagos, su actitud con Bachelet para Caval y entendí que hay quienes pueden jugar mejor el juego de ser oficialistas y trabajar en equipo.
¿Le parece que son voces aisladas?
No, no hablaría de la interna de un partido del que no soy militante.
¿Le parece que el FA debiera hacer una reflexión más profunda de lo que le ha pasado en el ejercicio de gobernar?
En particular, Convergencia Social no tiene fundaciones. Pero más allá del Frente Amplio y del Socialismo Democrático, el Partido Comunista, o como sea que sea el orden de siglas de turno, la impronta de este momento, y la vi muy bien reflejada en Cerro Castillo, es la necesidad, tal como lo dije después del 7 de mayo, de la unidad más amplia. Reforzar el sentido de unidad es lo más importante. En el gabinete hemos logrado una síntesis entre izquierda y centroizquierda, que creo que necesitamos traspasar más nítidamente hacia el resto del conglomerado.
¿Cuál es el incentivo que tiene el Socialismo Democrático para blindar al Frente Amplio en un momento como este, cuando ustedes fueron tan críticos con ellos?
Hay una frase que es de formación, creo que comunista, que dice que la disciplina es reflejo de la conciencia. La disciplina no es un acto automático y, por lo tanto, si no hay conciencia de los desafíos políticos, más allá del curso de cada conglomerado… Porque los sufrimientos del Frente Amplio, los resquemores del Socialismo Democrático, son cosas que nos interesan probablemente a las nueve cuadras circundantes a La Moneda, un grupo muy reducido de seguidores de programas políticos y estaríamos. Lo que les interesa a las personas es la gestión de gobierno, es cómo un gobierno puede o no mejorar sus vidas, no si yo me llevo bien con no sé quién del Socialismo Democrático.
¿La unidad a la que llama deja atrás la tesis del reemplazo?
Esa tesis no fue nunca una tesis única ni absoluta. Puedo hablar de la tesis que yo he suscrito, que siempre fue interpelar a quienes estaban insatisfechos con el curso del país a través de propuestas que salieran del repertorio tradicional de izquierda entre la socialdemocracia o la izquierda comunista. Esa ha sido siempre mi posición.
El exsubsecretario Larraín presentó una demanda de tutela laboral contra el gobierno. A él se le pide la renuncia por una supuesta denuncia de acoso sexual y acoso laboral. ¿Hay un criterio especial para las autoridades frente a una situación de esta naturaleza?
Hay sentencias en la justicia que establecen que las autoridades públicas tienen un estándar más alto que el legal, han salido varios fallos en ese sentido, tanto en el juzgado de garantía, en el juzgado de tutela laboral y también en la Corte Suprema. Y la cuestión va modificándose a la medida que vamos escalando en responsabilidad, pero a las personas que ocupamos cargos políticos evidentemente no nos rigen los derechos laborales de todo el resto, porque estamos en cargos políticos.
En el caso de derechos conquistados de las mujeres, el Partido Republicano ha instalado que una vez que tengan mayoría en el Parlamento van a buscar derogar el aborto en tres causales. ¿Cómo se va a enfrentar eso?
En el caso de los derechos sexuales y reproductivos, ahora se llamarán republicanos, pero es el mismo sector que recurrió ante el Tribunal Constitucional para impedir la pastilla del día después. Respecto de la anticoncepción y también de la interrupción voluntaria del embarazo, creo que la mejor defensa es la legitimación popular que tiene. He activado conversaciones tanto con la senadora Pascual, quien lideró ese proceso legislativo, como también con la Presidenta Bachelet, porque estamos preocupadas. Cuando se conoció esto, yo inmediatamente recibí mensajes de muchas organizaciones muy preocupadas, y no organizaciones, como creen que son, de las feministas más radicales, sino organizaciones que trabajan vinculadas a pobreza, a infancia, porque la mayoría de quienes invocan la causal de violación son niñas de 13 años, y eso muestra el poco sentido de realidad de esta propuesta, que por un principio abstracto están dispuestos a criminalizar a cerca de 4.000 mujeres y niñas.
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