Boric reabre debate por aborto y complica diálogo con la DC y la derecha
Aunque fijó las prioridades de su tercera cuenta pública en seguridad y crecimiento económico, el Mandatario sorprendió con el anuncio de un proyecto de aborto libre que puso en jaque su relación con la DC y enreda el diálogo con la derecha.
El reloj marcaba las 11.04 de la mañana cuando el Presidente Gabriel Boric cruzó la puerta del salón de honor del Congreso en Valparaíso. Con un rictus serio, dando leves sonrisas y saludando con su cabeza, cruzó por la alfombra roja del Congreso Pleno.
El Mandatario vestía un traje azul y llegó a su tercera cuenta pública con barba perfecta, pelo recién cortado y pulcramente peinado, un look mucho más cuidado del que suele lucir durante sus actividades cotidianas. Siete minutos después, cuando la sesión ya se había inaugurado, Boric se puso de pie, se dirigió hasta su podio y pronunció su penúltimo mensaje presidencial.
El discurso, que duró casi tres horas, lo estructuró en “seis propósitos”: garantizar el derecho de las familias chilenas a la seguridad; crecer más y mejor, con equidad y cohesión social; avanzar hacia una sociedad de cuidados compartidos; gestar el Chile que viene desde la educación, la cultura y el deporte; alcanzar un desarrollo justo, resiliente y sostenible; y proteger y ampliar los derechos humanos y la democracia.
El grueso de su alocución estuvo centrado en dos temas: seguridad y crecimiento económico. Ambos tópicos se llevaron la mayor cantidad del tiempo de sus palabras. Boric, quien llegó a la presidencia prometiendo transformaciones sociales, se ha tenido que resignar a abrazar una robusta agenda de seguridad que a la fecha acumula 55 proyectos despachados e instalar un relato de “normalización” económica.
El tono del Presidente partió muy calmado, republicano y manifestó que sus esfuerzos han estado en “curar heridas para tener un país más pacífico y sin fracturas”. Bajo esa atmósfera hizo una mención especial al fallecido expresidente Sebastián Piñera, se refirió al expresidente Ricardo Lagos como un “ineludible referente y constructor de nuestra democracia” y respecto de la exmandataria Michelle Bachelet dijo que fue la pionera en el camino de los derechos sociales.
Se mantuvo un buen rato en ese tono y presentó como logros asuntos que, en términos políticos, han implicado duras derrotas para su coalición sobre todo en materia de seguridad. “En los hechos hay un realismo sin convicción y eso en seguridad hay que aprovecharlo. No giró a la izquierda, solo se repliega”, comentó el diputado Diego Schalper (RN).
Lo que Schalper llamó “realismo sin convicción” ya había sido abordado por Boric en su segunda cuenta pública de 2023. Obviamente lo hizo con otras palabras y con otra intencionalidad. Así fue como el año pasado sinceró su nuevo escenario y reconoció que la contingencia lo obligó a reordenar sus prioridades. De hecho hace tan solo unas semanas atrás el asunto se había tomado el debate público con críticas de “travestismo político” o en redes sociales con la imagen de la ilustradora Javiera Ortega que criticó la metamorfosis del Mandatario.
Esta vez, Boric dedicó algunos minutos para justificar el porqué de sus cambios. “No faltan quienes ponen en duda nuestra sinceridad porque ante nuevas circunstancias y nuevos aprendizajes, nuestras prioridades cambian. A ellos les digo: gobernar no es seguir mecánicamente un dogma o guion, menos en los tiempos de hoy. Gobernar es hacerse cargo de lo imprevisto, de lo extraordinario, sin abandonar jamás los principios que nos trajeron hasta aquí”, exclamó el Presidente.
Luego aprovechó de lanzar un mensaje indirecto a su partido -el Frente Amplio (FA)- y al PC, los sectores que más exigen fidelidad al programa original de su alianza de gobierno: “¿Hemos conseguido resultados? Sí. No todos los que nos gustaría, pero hay signos de que avanzamos por la senda correcta”.
Otra clave importante del discurso fue la estrategia que desplegó el Presidente para mostrar que en su administración sí existe gestión política. La apuesta fue intentar derribar uno de los temas que constantemente la oposición le achaca al Ejecutivo. Esta estrategia comenzó a ser teloneada en los días previos por la ministra vocera de gobierno, Camila Vallejo (PC), quien llegó a escribir una columna en El Mercurio titulada “Hablemos de gestión”, en que exponía cifras en materia seguridad pública y salud, entre otras áreas.
Algunos de esos números fueron abordados por Boric en su discurso. Volvió a remarcar que este ha sido el gobierno que más leyes de seguridad ha publicado y relevó la baja estadística de la violencia en el sur, dándole mérito al trabajo de las policías, militares y Fiscalía. Esa alusión obligó a que los parlamentarios opositores tuvieran que aplaudir un logro que implícitamente también era de la actual administración. Además, mencionó que la pobreza disminuyó al mínimo histórico de 6,5%.
La sorpresa: aborto legal
Cuando Boric llevaba casi dos horas, el ambiente cambió. Aquí fue cuando el Mandatario reveló el gran anuncio que copó la agenda de esta cuenta pública y que opacó a la seguridad y el crecimiento económico. Tanto así que provocó que al menos trece diputados de oposición abandonaran molestos el Salón de Honor al escuchar que Boric se comprometía a enviar un proyecto de ley sobre aborto legal.
Se trataba de un anuncio que el gobierno manejó con extrema cautela y que no adelantó a sus partidos, ni siquiera durante la reunión que tuvo el viernes en la tarde la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), con los timoneles oficialistas en Cerro Castillo. Esto generó que algunos partidos resintieran no haber sido advertidos. “Hay un ambiente de desconfianza”, reconoció en privado un presidente de partido oficialista.
Previamente el clima de la cuenta pública ya había comenzado a enardecerse por el emplazamiento -también en un tema valórico- a partir de un caso humano que el Mandatario mencionó en su discurso, para ponerle urgencia parlamentaria a la discusión de una ley de eutanasia.
En esta parte, el eje del mensaje presidencial se salió del foco con el que Boric inició sus palabras. Con eso el Presidente dejaba en claro que, si bien sus prioridades han cambiado, no renunciará a las ideas más emblemáticas que lo llevaron a La Moneda. Y lo hará aunque sea a modo testimonial.
De esta manera la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (FA), se anotaba una victoria. Si bien el gobierno está muy lejos de tener los votos y sabe que el proyecto no lo podrá aprobar, con esto empujará la discusión de un tema valórico, pero que desencadenó la indignación en la DC.
Fuentes de gobierno comentan que el anuncio se pensó como un guiño a su propio sector, el cual se ha tenido que acostumbrar a aceptar -a regañadientes- varios proyectos de ley en los que tienen serias diferencias, como lo fue, por ejemplo, la Ley Nain-Retamal. Incluso las mismas fuentes añaden que en el Segundo Piso analizaron encuestas que arrojan cerca de un 70% de apoyo a la eutanasia y 60% al aborto. Por eso en el gobierno reconocen que el discurso apuntaba a recuperar el mensaje, pero desde la propia identidad y “sin seguir desdibujando” al oficialismo.
El análisis en La Moneda es que “no se frena a la ultraderecha ni se avanza en derechos escondiendo debates pendientes y, por lo tanto el Presidente debe contribuir a que el Congreso dialogue los problemas históricos que no se han resuelto”.
Con el aborto fueron varias las diputadas del FA, PS y el PC que se pusieron de pie para aplaudir el compromiso presidencial. Incluso, comenzaron a batir con más fuerza las palmas en respuesta a los trece legisladores opositores que salieron del salón de honor.
Pero no todo fue celebración. Respecto de aborto y eutanasia, el flanco más delicado fue la DC. Si bien esta discusión también altera la frágil relación que tiene La Moneda con Amarillos y Demócratas, que a pesar de estar en la oposición, apoyan algunas iniciativas gubernamentales, la agenda valórica generó un ruido en el proceso de acercamiento político-electoral que viene intentando el oficialismo con la DC para las próximas elecciones.
La molestia ayer era evidente en los diputados DC Eric Aedo, Héctor Barría, Ricardo Cifuentes y Alberto Undurraga y de los senadores Iván Flores y Yasna Provoste. Incluso Aedo advirtió que era una invitación para que la DC pasara a la oposición y dijo que el mensaje presidencial fue un discurso del “doctor Jekyll y mister Hyde”, ya que transitó desde un tono republicano a uno más partisano.
En el caso de la derecha, si bien algunos de sus diputados reaccionaron airados al anuncio del aborto y abandonaron la sesión como muestra de molestia, desde el punto de vista práctico no generaba un factor de tensión en el sector. “Incorporar esto solo busca distraer la atención”, dijo el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya.
La bancada de diputados de RN señaló que el aborto legal solo busca “desviar la atención de los grandes temas que preocupan a los chilenos”, mientras que el senador y presidente de esa colectividad, Rodrigo Galilea, agregó que le parecía “innecesario”.
A diferencia de lo que ocurría en gobiernos pasados, en que la agenda valórica sí dividía a la derecha, por ejemplo, en temáticas como matrimonio igualitario y políticas de diversidad sexual, hoy esa crispación no existe o al menos está adormecida. Por el contrario, el tema de aborto hoy cohesiona a las distintas derechas, donde además no ven que exista una presión ciudadana para avanzar en esa reforma. También hay tranquilidad de que el gobierno tampoco tiene los votos.
Más gestos a la izquierda
“Vamos a iniciar un proceso de diálogo tripartito entre autoridades, trabajadores y empresarios, que culmine a fines de este año con la presentación al Congreso de un proyecto de ley de negociación colectiva multinivel”, anunció Boric.
Dicho compromiso muestra que los guiños a su base de apoyo no solo se quedó en lo valórico. La promesa de avanzar hacia la negociación ramal implicó un punto para la ministra del Trabajo Jeannette Jara (PC), ya que es una demanda muy sentida para la izquierda, la CUT y sobre todo para el PC.
En uno de los temas más esperados de la jornada, como era la condonación del CAE, Boric siguió el guion que se había adelantado. No habló de condonación y comprometió el proyecto para reformar el sistema de financiamiento de la educación superior: “En septiembre ingresaremos al Congreso un proyecto de ley con un nuevo sistema público de financiamiento que reemplazará al CAE y el Fondo Solidario”.
El Presidente también hizo menciones al estallido social y no olvidó su promesa de crear un Sistema Nacional de Cuidados. Junto con eso aprovechó de lucirse con anuncios en temáticas de derechos humanos, un terreno donde juega bien y le es cómodo. Así fue como procedió a destacar los logros obtenidos hasta ahora en su Plan Nacional de Búsqueda, Verdad y Justicia.
A esta altura del discurso, el Mandatario ya estaba más en confianza y se había apartado del tono formal con el que partió su alocución. Luego, recibiendo la ovación del salón de honor, informó que su gobierno inició el proceso expropiatorio de parte de los terrenos de la ex Colonia Dignidad en Villa Baviera. También prometió la creación de una comisión especial para “determinar toda la verdad sobre las vulneraciones a las víctimas del Sename y establecer las justas medidas de reparación que correspondan” e informó que “Chile se hará parte y respaldará el caso que presentó Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia”.
Toda esta arremetida contrastó con el silencio que tuvo el Presidente respecto a la reforma previsional, lo cual fue considerado como el gran ausente de la jornada. Boric solo se limitó a cuestionar lo difícil que ha sido llegar a acuerdo. “Los jubilados y jubiladas hoy nos están mirando y no pueden seguir esperando”, exclamó.
El balance en el Socialismo Democrático tuvo puntos positivos y negativos. Algunos de sus dirigentes reconocen que se trató de una cuenta pública “que polariza” y otros quedaron con cierta preocupación sobre cómo podría afectar la relación con la DC.
Mientras tanto, los más contentos no se escondieron. “Menos armas, trenes, justicia para los deudores educativos, para los profesores de la deuda histórica, aborto, eutanasia y demanda contra Israel. Ese es nuestro gobierno y el gobierno de todas y todos los chilenos”, celebró la jefa de diputados del FA, Camila Rojas.
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