Francisco López Contardo a sus 46 años sumó un nuevo título para su amplio palmarés, esta vez tras alcanzar el primer lugar en la categoría de vehículos ligeros del Dakar, junto a su compañero de ruta, Juan Pablo Latrach.
Tras aterrizar en Chile, el curicano conversó en exclusiva con El Deportivo. Sencillo como siempre, responde a las preguntas mientras la gente se acerca a pedirle autógrafos y fotografías. Chaleco acapara las miradas y acepta todas las peticiones de los fanáticos. Viene de competir en Arabia Saudita y se le nota cansado, pero aquello no es impedimento para entablar un dialogo. No rehúye de ninguna pregunta, pese a que su esposa y sus dos hijos lo están esperando.
López volvió al Dakar en 2019, tras haber dejado la categoría de motos en 2014. Pensó que nunca más participaría en esta competencia, que define como “su especialidad” y ahora es tricampeón. Hace pocas semanas consiguió un nuevo Touareg y será expuesto en su museo.
Comparando con el título de 2021, este año eligió un camino diferente en lo que respecta a la estrategia, siendo muy constante y poco rompedor. Una carrera con pocos problemas que lo eleva en el ranking de chilenos ganadores del Dakar.
¿Cómo evalúa su nuevo triunfo? Repitió victoria por segundo año consecutivo.
Me dejó contento el triunfo. Va para la suma de victorias. Debo seguir siendo constante a la edad que tengo.
Me imagino que esto agranda el Museo de Santa Cruz…
Va directo para allá desde la próxima semana.
Cambiaron la estrategia, fueron menos agresivos, más conservadores. ¿Lo tenían proyectado desde un principio?
Se fue dando con el correr de la competencia, uno siempre quiere ir a atacar. Pero primero se prueba y se evalúa. Así nos dimos cuenta de que teníamos factores a favor con esta nueva forma y la mantuvimos para sacarle provecho.
¿En que momento se dieron cuenta que dejar de atacar sería la táctica?
Cuando observamos que Seth Quintero era rápido y estaba fuera de la competencia y que Sebastian Eriksson era un piloto veloz, pero que podíamos manejar. Al final lo importante era ganar, no podíamos darnos el lujo de triunfar en una etapa, pero después perder la general.
¿Se le está haciendo fácil ganar el Dakar?
Siempre es complejo, cualquier Dakar es difícil. Llegar a la meta diaria es un desafío.
Estuvo cinco años alejado del Dakar, pero desde su regreso en 2019 prácticamente no ha dejado de ganar. ¿Imaginó que el retorno sería así?
Para nada. Primero nunca me imaginé que iba a volver a competir en el Dakar. Claro que una vez que regresé vine con todo, así que estoy muy contento por ese lado.
Tiene 46 años y a los siete ya competía. Toda una vida ligada a los motores, ¿qué siente cuando mira hacia atrás y ve los logros conseguidos?
Observar todo en retrospectiva me pone muy contento. Creo que la cantidad de años que llevo corriendo, pasándolo bien, ganando, cayendo y parándome no me genera nada más que felicidad.
Si te quedaras con un triunfo, entre tantos, ¿cuál sería?
El Dakar de 2019, porque en esa ocasión estaban mi señora y mis hijos en la meta. Ese es el mejor recuerdo.
En 2015 declaraste “el Dakar en motos para mí se terminó”, lo que genera un giro en tu vida. ¿Extrañas las motos?
No, para nada. Ya tengo 46 años. Me retiré a los 40, después de haber corrido todo. Hoy solo ando en moto para pasarla bien.
Mantiene que se terminó, ¿ninguna posibilidad de retornar a las motos?
Cero posibilidad. No existe el bichito… existe en realidad, pero debo ser realista.
¿Cómo es la relación con Juan Pablo Latrach en medio de la competencia?
Increíble. Nos llevamos muy bien, él es un gran aporte. Le coloca paños fríos a esto, eso es muy necesario y nos transforma en un gran equipo.
¿Qué siente al trabajar con un compañero luego de tantos años piloteando solo?
Ya estoy acostumbrado. Tener una persona al lado sirve, ya que él es quien guía, manda, me saca de los problemas, me ayuda con los neumáticos y el que toma las decisiones.
Pese a que dejó la categoría, usted sigue siendo un emblema en motos ¿Qué le falta a Chile para imponerse allí?
Nada. Pablo Quintanilla estuvo a punto de ganar esta vez, el año pasado fue el Nacho Cornejo. Yo creo que tan solo es cosa de tiempo.
Con el triunfo de este año quedó en la cima del podio de chilenos en el Dakar, junto a Ignacio Casale. ¿Te ves siendo el número 1 en solitario?
A mí no me gusta compararme con nadie. Creo que Nacho ha hecho una tremenda carrera, Pablo igual y yo también. Es un error compararse con otros pilotos. Lo más importante es que uno le saque el máximo provecho a lo que tiene.
El año pasado declaró: “Cuando corres con miedo ya estás fuera”. ¿Cómo se extirpa el miedo luego de los accidentes sufridos?
El miedo es cuando te cuestionas todo. Yo creo que uno no puede preguntarse “¿Por qué estoy acá?”. Si eso te sucede significa que ya estás afuera.
A veces la concentración y tensión genera momentos complicados. ¿Qué le provoca ver accidentes como el vivido por Ítalo Pedemonte en medio de la competencia?
Un accidente es lo peor que puede pasar. Uno va por la competencia, a pasarlo bien, a terminarla. La idea es disfrutar y cuando aparece algo que no tienes contemplado es realmente difícil. Esa es la verdad. Por suerte Ítalo está mejor. Estos deportes todos los años cobran victimas y eso es súper duro. Afortunadamente, Ítalo ha manejado bien la situación y no está grave.
¿Le gustaría que el Dakar volviese a Chile?
Me encantaría que el Dakar volviese a Chile. Pero es súper complejo que venga. Lo veo difícil.
¿Sentía algo distinto cuando el Dakar se corría en Chile? Era como jugar de local…
De todas maneras. Me encantaba cuando era en Chile, en Sudamérica en general. Lamentablemente no hay nada que hacer.
¿Cómo proyecta su futuro?
Estando más presente en mi casa como padre y como marido.
En 2017 fue padre por primera vez, eso cambia las prioridades, sin embargo, sigue compitiendo y ganando. ¿Qué se siente triunfar ahora que sus hijos lo ven?
Es bonito, porque ellos están conmigo siempre. Creo que esto les genera valores muy positivos a los niños.
Tomó esta vida luego de ver a su padre, otro gran piloto. ¿Tiene el Chaleco un heredero en sus hijos?
Con esto no hay que mezclar las cosas. Siempre he sido de la idea de que uno tiene que hacer y ser lo que le gusta en la vida. A mis hijos les encanta esto, pero él debe dedicarse a lo que le nazca. No debe sentirse presionado. Eso ya lo hablamos con mi señora. No queremos que el sea “un chaleco López”, sino que lo conozcan por su nombre.
¿Qué se viene en 2022 para Chaleco López?
Proyectos. La verdad es que no sé en que va a terminar, pero tengo planes muy buenos: un museo, un libro, correr el campeonato nacional y mundial. En eso estoy y muy contento.
El Dakar es su especialidad. ¿Qué le falta para ganar en el RallyMobil ?
El Dakar es desierto. Acá en Chile tenemos pilotos extraordinarios, como Jorge Martínez, también vienen algunos argentinos que son muy fuertes. Entonces, siendo sincero, esa competencia no es mi objetivo, soy competitivo, pero es complejo ganar.