Cerca de 30 minutos que tuvieron al mundo del fútbol en vilo. Media hora en la que la tragedia se desenvolvió en vivo y en directo para millones de espectadores, quienes, dadas las imágenes exhibidas por la televisión, tenían todos los argumentos para temer lo peor. Milagrosamente, todo quedó en una pesadilla de la que se pudo despertar.
El estadio Parker de Copenhage era una fiesta. 15.200 daneses disfrutaban al ver a su selección jugar de local un partido de Eurocopa. ¿El rival? Finlandia, que debutaba en el torneo. El adversario era ganable y Dinamarca lo sabía: durante 40 minutos presionó para encontrar la apertura de la cuenta, todo bajo la guía de la estrella del equipo, el volante del Inter de Milán Christian Eriksen. Pero, de un momento a otro, todo cambió.
Eriksen se desplomó súbitamente segundos después de haber intentado correr hacia una pelota larga de Pierre-Emile Højbjerg. Tras su sprint -que no fue demasiado largo ni exigente-, la transmisión televisiva le realizó un primer plano, donde se le pudo ver con dificultades para respirar. Inmediatamente después cayó de bruces sobre el césped, inconsciente.
Tomó alrededor de 10 segundos para que sus compañeros se dieran cuenta de lo sucedido. Joakim Maehle, quien se prestaba a servir un saque lateral, incluso llegó a tirarle la pelota a sus pies, mientras Eriksen caía sobre el campo de juego. Fue Robin Lod, volante finlandés, el primer jugador que reparó en lo que pasaba. A los 10 segundos del desvanecimiento, levantó los brazos para que ingresaran los paramédicos. Lo mismo hizo Maehle. Simon Kjaer, capitán danés, corrió hasta el lugar y se preocupó de que Eriksen no se mordiera la lengua. En menos de un minuto, los paramédicos ya estaban socorriéndolo. El arquero Kasper Schmeichel hizo a un lado a sus compañeros para que los profesionales pudieran realizar su trabajo sin problemas.
El plantel danés formó un muro humano que envolvió la dramática escena. La intención era que la televisión captara la menor cantidad de imágenes posibles. Sin embargo, la transmisión de igual manera capturó momentos que helaron la sangre: se observó a los paramédicos realizando reanimación cardiopulmonar al pecho de un Eriksen que no mostraba reacción alguna. Por varios minutos los funcionarios de la salud estuvieron realizando RCP sobre el mediocampista, pero las señales desde el jugador simplemente no llegaban.
Los hinchas de ambos equipos lloraban desconsolados en las tribunas. Sabrina Kvist Jensen, novia de Eriksen, descendió desesperada hasta el campo para conocer sobre el estado de su pareja, pero fue contenida por Kjaer. Mientras, la escena era cubierta por una carpa blanca que evitaría cualquier filtración a la transmisión televisiva.
Tras casi 30 minutos de dramáticos operativos, Eriksen fue retirado de la cancha en camilla, sin noticias de su salud. Tanto sus compañeros como los jugadores de Finlandia -quienes se habían retirado de la cancha pocos minutos después del accidente- estaban devastados. Los comisionados de la UEFA, junto con el árbitro, actuaron rápido y suspendieron el partido.
El mundo entero desconocía si Eriksen estaba con vida o no a excepción de quienes lo habían socorrido. Eso, hasta que una foto de Friedemann Vogel para AFP capturo a Eriksen en camilla, despierto, con oxígeno suplementario y una mano sobre la cabeza, como si ya fuese consciente de lo que acababa de pasar.
Poco después vino la confirmación. Tanto la UEFA como la federación danesa informaron que Eriksen había sido llevado a un hospital cercano y que se encontraba despierto y estable. El locutor del estadio transmitió la noticia a todos los espectadores, quienes celebraron con algarabía que Eriksen estuviera con vida.
La estabilización de Eriksen llegó a tan buen nivel que pudo conversar con sus compañeros de selección a través de videollamada para pedirles que terminaran de jugar el partido. Giuseppe Marotta, gerente general del Inter, compartió que el jugador envió un mensaje de WhatsApp al chat del club: “Somos optimistas con respecto al estado de Christian. El cuerpo médico danés nos dijo que todo está bajo control”.
Eriksen se recupera favorablemente mientras reflexiona sobre un momento que, de seguro, cambiará su vida para siempre.