A sus 30 años, Christiane Endler está acostumbrada a pelear. A no dejarse llevar por un dogma, por un axioma. Fue así para ella desde que era una niña y eligió el fútbol como su deporte, cuando la creencia general era que estaba vedado para una mujer. Fue así cuando tras probar como delantera, se movió al otro extremo de la cancha para ser arquera, uno de los puestos más ingratos en el balompié. Fue así cuando jugó en La Calera, Everton y Colo Colo. Cuando se mudó tres años a Estados Unidos para perfeccionarse. Cuando se movió a Inglaterra, España y Francia, donde luchó entre las mejores profesionales de su disciplina para terminar siendo una de las mejores del planeta.
Hoy es una figura de talla mundial. En el Olympique de Lyon, quizás el club más poderoso del fútbol femenino, y también en la Selección, siempre con la jineta en el brazo izquierdo. Las marcas se pelean por ella y en años consecutivos es reconocida por la FIFA. El lunes pasado, de hecho, apareció como la 12a mejor jugadora según la votación de L’Équipe para la entrega del Balón de Oro.
Tiane ya les ganó a los añejos que denostan a una mujer pateando una pelota, pero sigue peleando. Batallas que abarcan mucho más que una cancha y dos arcos. Exige de acuerdo a su estatus. Y eso ha llevado a la Selección femenina a prepararse bajo los más altos estándares. Ya no se vuela en clase económica, sí en business, por dar un ejemplo. Se preocupa de cada decisión que involucra a sus compañeras. Las aconseja y las recrimina. Levanta la voz sin dobleces.
Hoy, Endler vive uno de los momentos más plenos de su vida. Este año celebró su matrimonio con Sofía Orozco, en Francia. Fiel a su estilo, la portera lo mantuvo en reserva. Solo se hizo público por unas imágenes que publicó su amiga Arianna Criscione, la guardameta estadounidense del PSG, en las redes sociales. En conversación con La Tercera, se abre a repasar su presente. Concentrada con la Selección en Manaos, en Brasil, la capitana habla de fútbol, lo que más le apasiona, y de los cambios que enfrenta Chile a nivel social. Porque mientras sellaba el segundo lugar en el cuadrangular que las midió frente a Venezuela, India y la Canarinha, también tenía la mirada puesta a lo que sucedía en el Congreso chileno con el matrimonio igualitario.
¿Cómo recibe que se haya rechazado el proyecto de matrimonio igualitario y que ahora se deba discutir en Comisión Mixta?
Me parece una falta de respeto a las miles de familias que están esperando hace años que se apruebe la ley, que ni siquiera hayan discutido en el Senado al respecto. No se escuchó ni al gobierno ni a las entidades presentes y decidieron aplazar la decisión. ¿Por qué no hacen el trabajo de una vez y legislan para todos los chilenos, minorías incluidas? No hagan más de éste un tema político.
¿Le gustaría casarse en Chile?
Por supuesto que me gustaría poder casarme en mi país, con mi familia y mi gente presente, sentirme respaldada y en igualdad de condiciones por mi país, al cual represento hace tantos años.
Su carrera solo suma elogios. ¿Cómo hace para aterrizar su vida y carrera?
Soy superrealista, autocrítica. Soy la persona más consciente del nivel en el que estoy. Sinceramente, creo que otros años merecía más el premio (Balón de Oro) que este último año. No por lo que se ve de afuera, sino porque creo que puedo estar en un nivel mucho mayor. Para eso trabajo. Se agradecen los halagos, que te digan cosas buenas, que te nominen a estos premios, pero soy superautocrítica y sé cuándo merezco algo y cuándo no.
Quizás la próxima es la vencida y se queda con el The Best...
Espero lograrlo alguna vez, o quizás en el futuro. Voy a seguir trabajando para encontrar mi mejor versión. No hay día en que no deje de aprender y de evolucionar y mejorar. Me falta mucho todavía. Espero seguir estando en las nóminas a futuro porque eso significa que estaré a un nivel internacional importante. Significa que estoy vigente.
Durante la semana también recibió la distinción a la mejor portera del 2021 según la IFFHS...
Estoy contenta con ese premio, con ese reconocimiento. Me han llegado muchos mensajes de felicitaciones, historias que han subido en Instagram para destacarme. Estoy feliz por este reconocimiento. Hay que seguir trabajando. Esto no cambia nada.
¿Se le hace habitual estar nominada a los premios que distinguen a las mejores?
No, no es habitual. Para mí es un orgullo estar en la lista. Estar en la lista final de The Best no es algo habitual. Es algo por lo que he trabajado. Es un premio a la constancia por haber estado durante estos últimos años a un buen nivel representando bien a mis equipos y a mi Selección. Es producto del trabajo que hay detrás. No es suerte y no es fácil de lograr.
Quizás ya se le hace fácil jugar al fútbol…
No, no se me hace fácil. Es algo que requiere mucho trabajo, mucha constancia, mucho sacrificio también. Creo que cada vez se hace más difícil porque el fútbol femenino está cada vez mejor, más competitivo. Para estar a un gran nivel hay que entrenar y estar preparado para cada desafío.
¿No le presiona que siempre se le esté exigiendo estar a un gran nivel?
No es una presión, es una motivación para seguir esforzándome y seguir creciendo. Es la única forma de poder estar en un nivel internacional importante. Todavía tengo mucho margen para crecer, para mejorar. Estoy muy lejos de mi mejor versión. Más que un premio que alguien me otorgue, me quiero sentir bien.
¿Tocó techo?
No, para nada.
¿Se pone una edad para el retiro?
Seguiré hasta que me siga gustando, me siga encantando, siga sintiéndome bien. No hay una edad propicia para dejar el fútbol. El día que sienta que esta actividad no me llena, que no me aporta, o que tenga otros sueños y otras cosas por cumplir, lo voy a dejar. Pero no te podría decir una edad precisa.
¿Se le ha hecho fácil la adaptación al Olympique de Lyon, su nuevo club?
Ha sido mucho más fácil de lo que me imaginé. Me recibieron de forma increíble en el club. Me encanta la ciudad, me siento supercómoda en el lugar que estoy. Me siento muy feliz en este equipo. También me siento identificada con los valores y los objetivos que se trazó el club. Estoy muy contenta de este cambio y de lo fácil que ha sido adaptarme.
Su nombre ya ganó un respeto internacional. Incluso, en pocos meses ya le pasaron hasta la jineta de capitana en su nuevo club...
No por ser capitana me voy a sentir más reconocida en el mundo. Sí siento que represento bien al fútbol femenino latino, al fútbol femenino sudamericano. Me lo han dicho jugadoras internacionales, incluso acá en el torneo en Brasil. Las mismas árbitras y toda la gente que está alrededor del torneo me dice que soy una gran representante del fútbol sudamericano en el mundo. Eso para mí es superimportante.
¿El Olympique será su último club en Europa?
No sé, no tengo idea. Tengo 30 años y me queda harto por delante.
¿Qué más espera lograr en su carrera?
Me quedan muchos sueños por poder realizar, muchos objetivos y tengo bastantes expectativas de lo que se viene a futuro. Con mi club tenemos que ganar todas las competencias posibles y para eso estamos trabajando.
Vamos a la Selección… ¿Qué buscaban con este cuadrangular en Brasil?
Nos estamos preparando para la Copa América, estamos buscando la mejor forma para jugar. Independientemente del rival que tengamos, nos estamos enfocando en jugar, en tener mayor posesión de la pelota, en encontrar un plantel competitivo con harto recambio y con jugadoras que puedan incorporarse. En eso estamos. Queremos seguir mejorando.
¿Y hay mucho que mejorar?
Sí, queda mucho por mejorar. Todos los equipos siguen trabajando, siguen mejorando, siguen subiendo su nivel. El fútbol femenino en Sudamérica ha crecido harto en el último tiempo. Hay hartas jugadoras que están militando en el extranjero. Todos los equipos han subido su nivel. Nosotros también tenemos que hacerlo. No podemos quedarnos con lo que hicimos, con la clasificación al Mundial y con los Juegos Olímpicos. Este es un nuevo proceso. Hay que mejorar mucho si queremos clasificar a otro Mundial.
¿Teme a que esta Selección pierda la competitividad?
No, el nivel está. Conseguimos grandes cosas para el país, pero es importante seguir mejorando, seguir creciendo. No podemos estancarnos con lo que se hizo, con lo que logramos. No nos podemos quedar ahí. Lo importante es seguir evolucionando y encontrando nuevas formas de jugar. Los rivales han crecido en el último tiempo.
¿La Selección es menos competitiva hoy?
No, no creo que estemos menos competitivas. Sí hay que volver a encontrar la forma de volver a competir en Sudamérica. No es lo mismo enfrentar a rivales europeos, que te someten a una gran presión, que son diferentes en biotipos y en velocidad. Es momento de recobrar el protagonismo, de tener el balón. Hay que atacar mucho. Hay que volver a ser competitivas en Sudamérica.
En este cuadrangular en Manaos obtuvieron el segundo lugar, detrás de Brasil…
El balance es positivo. Fue una buena gira después de dos fechas FIFA que tuvimos problemas en el juego, en la que no podíamos encontrar nuestra forma de jugar. Teníamos poca posesión del balón y pocas alternativas de jugadoras y de juego. Esta fecha fue súper positiva, encontramos buenas jugadoras, que han ido sumándose al equipo y que han dado nuevas opciones. Volvieron otras que no estaban y le dieron un nuevo aire al equipo. Hicimos un buen torneo, fuimos de menos a más y fuimos encontrando la forma que nos gusta a nosotras. Ahora nuestro enfoque está en la Copa América. Hace tiempo que no teníamos tantas buenas jugadoras que se incorporaran de buena forma al equipo. Eso ayudó muchísimo. Tener recambio, buenas opciones. Eso es clave, da confianza y tranquilidad para seguir. Hay que aprovechar ahora las fechas FIFA que se vienen.
¿Qué le depara ahora a este equipo?
Ahora se viene la final del torneo nacional para varias compañeras (miércoles, partido entre Santiago Morning y Universidad de Chile). Hay que seguir preparándose de la mejor forma. Tenemos que llegar a fines de febrero en una nueva fecha con jugadoras en buena forma para que puedan ser todas utilizadas. Espero que el nivel de aquí en adelante vaya en alza y no tengamos un retroceso.