El 1 de septiembre cientos de estudiantes del colegio Marius Berliet, en Lyon, Francia, llegaban a su primer día de clases tras meses de lecciones virtuales y de aislamiento social. Pero el entusiasmo de los escolares de volver a ver a sus compañeros duró poco, al menos para un curso en específico. Ese mismo martes por la noche, el establecimiento tomó la decisión de cerrar una clase luego de que un niño diera positivo en el examen de Covid-19 ese día. El escolar se había hecho el examen el 31 de agosto, pero sus padres, seguros de que el resultado sería negativo, habían decidido enviarlo al primer día de clases.
A la fecha ya son 524 clases y 32 escuelas, de un poco más de 60.000 en Francia, las que han tenido que ser cerradas en el territorio por la detección de nuevos casos desde el comienzo del año escolar. El ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer, precisó que diariamente se activan alrededor de 250 protocolos para casos sospechosos. Estas situaciones están, la mayoría de las veces, “vinculadas a factores externos a la escuela, con personas que a menudo se habían infectado antes del inicio del año escolar”, dijo.
Son este tipo de casos los que se repiten en los miles de colegios que decidieron abrir la semana pasada en varios países, para dar inicio al año escolar de manera presencial, en un importante paso hacia el total desconfinamiento.
El 1 de septiembre, otros países como Bélgica, Rusia, Polonia, Inglaterra e Israel, además de la ciudad de Wuhan, en China, y otros territorios recibieron de vuelta a sus estudiantes, en general a los más pequeños, con estrictas medidas de seguridad para evitar la propagación del coronavirus.
Una evaluación inicial
Mascarillas obligatorias o sugeridas, distanciamiento de los pupitres, creación de grupos “burbuja” y desinfección constante. La rutina escolar se ha tenido que adaptar a los nuevos tiempos de pandemia, ante la presión de organismos como la Unesco y la OMS para el reinicio de las clases presenciales.
En Francia, cerca de 12,4 millones de estudiantes regresaron obligatoriamente por primera vez al colegio. Anteriormente, en junio, solo lo habían hecho algunos de manera voluntaria. Con mascarilla obligatoria para mayores de 11 años, grupos reducidos de alumnos en clases y respetando el distanciamiento social, el regreso fue más bien “sereno”, según informaron los medios locales.
Sin embargo, a tan solo tres días del inicio del año escolar, clases y establecimientos enteros cerraron sus puertas debido a casos comprobados de Covid-19. De todas formas, Blanquer ha detallado que, para hacer frente a estas interrupciones, los empleados del sector privado que se vean obligados a quedarse con sus hijos por el cierre de escuelas y no puedan teletrabajar por ello, tendrán derecho a un pago parcial, retroactivo al 1 de septiembre.
En Inglaterra, donde también los escolares regresaron a clases, al igual que en Gales, se registraron brotes en al menos ocho colegios en Liverpool, lo que provocó que hasta 200 alumnos y 21 empleados se aislaran en sus casas. En Manchester, 15 escuelas también tuvieron que enviar a sus casas a más de mil alumnos. Debido al sistema de burbujas introducido en las escuelas, si a un niño dentro de ella se le dice que se aísle o da positivo por coronavirus, todo el grupo debe aislarse. Algunos de los menores contagiados habrían contraído el virus en las vacaciones de verano.
En un colegio en Londres los estudiantes debieron rendir exámenes de diagnóstico para evaluar su nivel educativo tras meses de clases virtuales: “Puede sonar un poco cruel, pero necesitamos saber dónde estamos (…). Para tener una idea del impacto en cada individuo”, dijo a la BBC el director de Riverside School, Andrew Roberts.
De todas formas, la asistencia a clases no mostró diferencias al promedio para este mes respecto de años anteriores. Las escuelas de toda Inglaterra han registrado una asistencia de entre el 91% y el 100% -el promedio es de 93% debido a los retrasos de las vacaciones-, y la asistencia del personal también está entre 91%-100%, según reveló una encuesta a 849 escuelas realizada por el sindicato de la Asociación Nacional de Profesores Directores.
En Bélgica, la vuelta a clases también demostró que ha disminuido el temor de los padres de mandar a sus hijos al colegio por el posible contagio. Según informó The Brussels Times, la asistencia el primer día de clases (1 de septiembre) fue alta. “Ya no tenemos padres que mantienen a sus hijos en casa por miedo”, indicó al medio el director de una escuela en Haren, en donde solo no fueron a clases una docena de estudiantes, en general por estar en cuarentena.
En la escuela primaria Vier Winden en Molenbeek, el director Karlien Tiebout dijo al Times que, con algunas excepciones, todos los estudiantes estaban presentes. “Los que están ausentes todavía tienen que hacerse el test”, detalló.
En Israel, cerca de 2,4 millones de escolares regresaron a clases a inicios de mes. El desafío para este país era mayor, puesto que en mayo decidió abrir anticipadamente las escuelas, lo que generó un importante rebrote y un nuevo confinamiento. Por eso, para esta ocasión las autoridades israelíes incluyeron nuevas regulaciones destinadas a prevenir brotes y decidieron mantener cerradas las escuelas en 23 ciudades y pueblos con tasas de infección especialmente altas.
Una semana después del inicio del año escolar, el Ministerio de Educación publicó el martes datos de la tasa de infección por coronavirus en el sistema educativo. Eso sí, los datos son parciales, ya que no incluyen las áreas de las ciudades actualmente designadas como “rojas”. Según los datos, desde el 1 de septiembre, 42 escuelas y 150 jardines infantiles han sido cerrados por el virus. Además, en total ahora hay 1.817 estudiantes con Covid-19 y 24.780 estudiantes aislados. Eso sí, el ministro de Educación, Yoav Galant, dijo en la semana que, según los datos actuales, la tasa de infección en el sistema educativo es cuatro veces menor que la de la población general.
Pero, por otro lado, está el caso de Alemania, que abrió sus escuelas hace ya un mes. Pese a que durante los primeros días se decretaron cierres y cuarentenas -al menos 41 escuelas de Berlín se vieron afectadas en las dos primeras semanas-, los expertos en salud han informado de pocas transmisiones dentro de las propias escuelas y estas no han sido identificadas como causantes de infecciones. “Parece prometedor. Aún no ha habido brotes importantes. Casos únicos, pero parecen ser manejables”, dijo a The Washington Post Johannes Huebner, presidente de la Sociedad Alemana de Enfermedades Infecciosas Pediátricas.
España con “incidencias”
Un país que ha estado mirando de cerca la situación en estas naciones es España, puesto que desde el viernes 4 de septiembre los estudiantes comenzaron a volver a clases, en un retorno gradual y dependiendo de la región. Así, las comunidades de Madrid y Navarra comenzaron ese mismo día con la apertura de las escuelas infantiles. Las clases se organizaron en pequeños grupos de convivencia según la edad. Esta semana fue el turno de Andalucía, Baleares, Extremadura, Galicia y Ceuta.
Hasta este miércoles, el Ministerio de Educación de España había detectado “incidencias” en 53 centros educativos, relacionadas con casos positivos en profesores, en alumnos, cuarentenas que deben hacer algunos grupos tras detectarse un positivo e incluso la no apertura de algún centro. De hecho, ayer se conoció que la clase de la princesa Leonor, hija del Rey Felipe VI, en el colegio privado Santa María de los Rosales, en Madrid, tuvo que ser confinada por un caso detectado. El colegio había reabierto recién el miércoles
Así, Europa se ha convertido en un caso de amplio análisis y observación para los países de otras partes del mundo, en especial de América Latina, que alista sus planes de retorno a clases.