“Hay manifestaciones y están gritando algunas cosas, es mejor no ir”, le advirtieron el jueves los funcionarios policiales a la ministra del Interior, Izkia Siches, apenas llegó a Chillán para visitar a la familia del carabinero Breant Rivas, quien fue asesinado en la madrugada del mismo día en un operativo policial.

La ministra insistió en que quería asistir a la iglesia donde se encontraba la familia del carabinero, pero los funcionarios policiales lo impidieron.

Pese al atrevimiento inicial, esta vez la jefa de gabinete decidió hacer caso a las recomendaciones, para evitar exponerse a una nueva crisis, y recibió al padre de la víctima, Washington Rivas, de forma privada en la Prefectura de Ñuble, donde también estuvo el delegado presidencial de la región, Claudio Ferrada. Ahí le expresó sus condolencias a la familia.

“Necesitamos disminuir el poder de fuego de los delincuentes”, dijo Siches, quien estuvo acompañada en Chillán por su jefe de gabinete, Roberto Estay, en una semana marcada por las dificultades de la cartera para enmendar el rumbo luego de los tropiezos que marcaron el proceso de instalación del gobierno. Los mismos errores que provocaron un remezón interno que ha hecho tambalear la permanencia de varios de los colaboradores más cercanos de la ministra, entre ellos el propio Estay, médico oncólogo que la acompaña desde que Siches fue presidenta del Colegio Médico.

Pero entre los ajustes obligados y los intentos por mantener la estabilidad en la cartera, la contingencia obligó a Siches a pausar el proceso de reestructuración. Además de los hechos de violencia, la jefa de gabinete tuvo incendios en varios frentes: en lo político, el jueves la Contraloría salió a desmentir por Twitter a la jefa de Interior, quien había asegurado que el organismo había revisado unas compras realizadas en el contexto del cambio de mando, cuestión que no era tal. Luego, fue criticada por autoridades municipales del propio oficialismo tras el anuncio de reforzamiento policial en 17 comunas, y terminó la semana con rutas cortadas por el bloqueo de camioneros y amenazas de desabastecimiento de combustible en el sur, por el paro de Enap, que retomó sus operaciones recién en la noche del viernes.

De todas formas, pese a las dificultades constantes y la dura crítica interna, el Presidente Gabriel Boric tiene claro que Izkia Siches seguirá siendo la jefa de su gabinete ministerial. Para el Mandatario, la salida de Siches sería desnaturalizar los símbolos de la campaña y un fracaso para el relato que construyó la nueva generación. Por el mismo motivo, está muy pendiente de los cambios y refuerzos que se realizan en la cartera, porque -hacen ver en La Moneda- la continuidad de la jefa de gabinete no significa que exista confianza en su equipo de trabajo.

El velorio del carabinero asesinado, Breant Rivas.

Unos entran, otros salen

El jueves 7 de abril, al día siguiente del error de Siches en la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, el rumor de que su jefe de gabinete, Roberto Estay, había renunciado a su cargo comenzó a dar vueltas entre el equipo de ministros. El hecho evidenciaba la mirada crítica que el resto del equipo de La Moneda -Camila Vallejo y Giorgio Jackson, sobre todo- tenía sobre el círculo de hierro de la ministra del Interior. Las desconfianzas venían desde los días de la campaña presidencial, cuando la doctora se integró a la segunda vuelta con el mismo equipo de asesores. Y luego, ya instalados en La Moneda, sostenían que actuaban como una suerte de isla y tomaban decisiones sin considerar la experiencia política de los demás miembros del gobierno, cuestión que fue distanciando aún más a la ministra de sus pares del comité político.

Por lo mismo, pese a que en un principio se descartó la salida de los asesores más cercanos a Siches, se definió el ingreso de militantes de diferentes partidos para dar más variedad al equipo y para suplir las falencias políticas, comunicacionales y de experiencia que quedaron evidenciadas en el mes de instalación.

En temas políticos ingresaron Víctor Ramos (CS), psicólogo; Elisa Araya (CS), politóloga, quien se incorporó para mejorar la coordinación en materia de migraciones y apoyar a organismos internacionales a tareas históricas, como la relación con el pueblo mapuche, y Alejandro Urquízar, (PC), asesor en materias de seguridad.

Mientras que en temas legislativos, y con el objetivo de mejorar la relación con el Parlamento, llegaron Leslie Sánchez (independiente cercana al PL), doctora en derecho público, y Bastián Espinoza (independiente cercano al PR).

También, en materias jurídicas se incorporó el abogado Tomás Razazi (PS), quien asesora a la ministra directamente, rol similar al que cumplió durante el gobierno de Michelle Bachelet.

Mientras que en el ámbito comunicacional, la Secom, dirigida por Pablo Paredes, decidió involucrarse aún más en los contenidos y mejorar la relación con Interior. Por lo mismo, han mantenido reuniones semanales.

Además, en varias de las intervenciones públicas durante este mes Izkia Siches ha estado acompañada por la vocera Camila Vallejo, y todas las salidas comunicacionales de Interior debieron pasar el filtro de la Secom.

El 21 de abril, en una reunión del equipo interministerial “Wallmapu’' -compuesto por la mayoría de los ministros que viajaron a La Araucanía en el primer viaje de Interior-, Estay reconoció errores de comunicación, asumió falencias y anunció los refuerzos.

Pero no fue suficiente. El viernes 29 de abril, el coordinador de Asuntos Indígenas, Salvador Millaleo, renunció a la cartera por sus diferencias con el equipo de asesores. “Los doctores tienen poca capacidad de autocrítica”, les comentó a sus cercanos el abogado, quien mantenía diferencias desde el fallido viaje de la ministra a Temucuicui. En su cargo se mantendrá Rubén Sánchez Curihuentro, quien trabaja desde La Araucanía.

Millaleo es cercano a Matías Meza-Lopehandía, jefe de gabinete del Presidente Gabriel Boric, y fue un estrecho colaborador programático durante la campaña, por lo que sus desconfianzas respecto del equipo de la jefa de gabinete fueron traspasadas al entorno más cercano al Mandatario. De hecho, en Palacio advierten que el tema fue abordado en una conversación que sostuvo el lunes Siches con el Presidente Boric, cuyo equipo insiste en la necesidad de mayores cambios en Interior. El principal apuntado nuevamente es Estay, quien, entre otras cosas, es cuestionado por participar de las reuniones del comité político, privilegio que no tiene ninguno de los jefes de gabinete de los demás ministros.

El jefe de gabinete de la ministra Siches, Roberto Estay.

Refugio socialista

-Lo más importante es darle piso a la ministra- les decía Estay a sus cercanos luego de enterarse de que su futuro en el cargo corría peligro de nuevo y de que podía asumir nuevas funciones en la cartera.

En la tarde del martes el rumor fue el mismo que un mes atrás: “Le pidieron la renuncia a Estay”, aseguraban fuentes del gobierno. Y la historia se volvió a repetir: la filtración desató la molestia del equipo de Interior, en el que nuevamente surgieron desconfianzas hacia integrantes del comité político.

El equipo se reunió de forma urgente en La Moneda, tras la visita de la ministra al Congreso. Hasta allí había viajado acompañada por Estay y algunas de sus nuevas incorporaciones, quienes tuvieron una buena evaluación por parte de los parlamentarios oficialistas.

Pero sobre Estay -quien ha alcanzado un protagonismo inédito entre jefes de gabinetes ministeriales- no hubo declaración, sino hasta la mañana del miércoles, luego de que Siches se reuniera con el Presidente.

“Esa no es una información efectiva. Los jefes de gabinete de los ministros y ministras de este gobierno son nombrados por cada uno de ellos. Él cuenta con toda mi confianza. Cuando existan anuncios de ese estilo, los voy a hacer personalmente y no por trascendidos por la prensa”, dijo la ministra Siches tras anunciar el plan de reforzamiento de Carabineros en 17 comunas de Chile, que depende de la Subsecretaría de Prevención del Delito, que lidera Eduardo Vergara (PPD).

Y la polémica permanencia del médico en su cargo llegó incluso a ser comentada por el Presidente Boric: “Creo que es un principio esencial en el servicio público que los cargos de confianza son de confianza del jefe de servicio, en eso estamos totalmente de acuerdo con la ministra Siches y yo no tengo una discusión con la ministra, con quien me reúno prácticamente todos los días, estamos alineados”, dijo desde Magallanes.

De todas formas, ninguno descartó que se realizarán cambios. De hecho, lo más probable es que en los próximos días se anuncien nuevos ajustes en Interior, los que no necesariamente significarían la salida del gobierno del oncólogo.

Pese a los intentos por calmar los ánimos por parte de Siches, con el anuncio del plan policial se abrió un nuevo flanco: diferentes autoridades de comunas no incluidas en el plan manifestaron su descontento y en la interna del ministerio reclamaron por la forma en que fue comunicado el plan por la ministra.

En esa línea, en la mañana del jueves, la jefa de gabinete aceptó la visita del diputado Jaime Araya (PPD), de Antofagasta, quien reclamaba por la presencia de su ciudad en el reforzamiento.

Siches lo recibió junto a Estay.

“Le llegaron gladiolos a su despacho, pero aquí está, firme junto a nosotros”, bromeó la ministra.

El diputado se fue conforme. De hecho, en la bancada PPD -que ha sido muy crítica del rol del ministro de la Segpres, Giorgio Jackson- hubo buenos comentarios hacia la presencia de Siches y su equipo esta semana en el Congreso, y manifestaron su apoyo a la propuesta de un “gran plan nacional en materia de seguridad” que presentó este martes.

La ministra del Interior junto al diputado Jaime Araya (PPD).

La sensación es compartida por partidos de Socialismo Democrático, coalición en la cual la ministra se ha ido refugiando progresivamente. De hecho, sus ministras más cercanas son Begoña Yarza, de Salud (independiente cercana al PS) y Jeannette Vega, de Desarrollo Social (PPD). Además, los ministros Carlos Montes, de Vivienda y Urbanismo (PS), y Mario Marcel, de Hacienda (PS), le han dado su respaldo.

Luego de la exposición de Siches en la Comisión de Seguridad del Senado, la ministra solicitó una reunión con José Miguel Insulza (PS), Jaime Quintana (PPD) y Yasna Provoste (DC), integrantes de la comisión. Todos le entregaron su apoyo a la agenda de seguridad pública que presentó y le dieron también su respaldo a la idea del inédito “estado constitucional intermedio”, en que las fuerzas militares pueden cumplir labores de resguardo en las carreteras, como explicó el subsecretario Manuel Monsalve, y que se diferencia del estado de excepción, entre otras cosas, en que hay un civil al mando. Solución que luego anunciaría formalmente para intentar desactivar las manifestaciones de los camioneros que pedían el regreso del estado de excepción.

“Hablamos del estado intermedio por la exigencia de la derecha sobre el estado de excepción en La Araucanía. La ministra tiene muy buena comunicación con nosotros, eso ayuda mucho”, dice Insulza.

La senadora DC Yasna Provoste también la respaldó: “La ministra Siches tiene gran capacidad para liderar un acuerdo país en temas de seguridad pública”.

Pero donde Siches no ha logrado alinear a sus parlamentarios es en Apruebo Dignidad, sobre todo en el PC. Solo esta semana hubo claras manifestaciones de la difícil relación con ese partido. El lunes, tras los hechos de violencia en el barrio Meiggs, la diputada Karol Cariola tuiteó que le resultaba “incomprensible” que el Ministerio del Interior no pidiera prisión preventiva a los presuntos culpables. Poco antes, la alcaldesa de Santiago, la comunista Irací Hassler, tuiteaba que “reitero mi urgente llamado al Ministerio del Interior para combatir el crimen organizado en el sector de Meiggs”. Y el viernes, cuando el paro en la planta de Enap de Talcahuano amenazaba con desabastecimiento de combustible, nada bien cayó en Interior que la diputada Candelaria Acevedo (PC) tuviera un vínculo tan estrecho con la movilización.

“No promuevo el desabastecimiento, he participado en el diálogo con ellos para los acuerdos necesarios para destrabar el conflicto. No he recibido ningún llamado de nadie, pero escuché en la radio que estaba demasiado involucrada. Si me pongo a un lado, me pongo del lado de los trabajadores, aunque sea diputada oficialista”, comentó Acevedo.

Recién en la noche del viernes Enap retomó sus operaciones, despejando así un problema que podía volverse muy complicado.

No pasó lo mismo con los camioneros. La decisión de un grupo de transportistas de mantener el bloqueo de rutas a pesar del acuerdo al que habían llegado cinco ramas de camioneros con el gobierno hizo que Izkia Siches diera un golpe de autoridad y saliera de la actitud replegada que había mostrado este mes.

Flanqueada esta vez por Vallejo, Jackson y el subsecretario Monsalve, la ministra del Interior anunció que retiraba las propuestas que habían hecho para resolver el asunto y exigió la liberación de las rutas. Porque “todo tiene un límite”, dijo la ministra. Todo tiene un límite.