El harakiri concertacionista: Siete razones para apoyar a Boric sin demora ni condiciones
Pasando por alto el bullying político que el Frente Amplio les hizo desde sus inicios, los partidos -y próceres- de la ex Concertación se sumaron de inmediato a la campaña de Gabriel Boric. El principal argumento fue la alta posibilidad de que gane José Antonio Kast. Pero el razonamiento en privado fue que no tenían otra alternativa para sobrevivir tras el quinto lugar obtenido por Yasna Provoste.
La mañana del miércoles 24 de noviembre, camino al Congreso en Valparaíso, Gabriel Boric bajó el volumen de la radio de su auto para comunicarse con Ricardo Lagos y agradecerle sentidamente el apoyo que hace unos momentos había dado a su candidatura, en una entrevista en radio Duna.
La conversación fue corta y quedaron de hablar personalmente, lo cual ocurrió días después.
Quienes conocieron el tenor del encuentro señalan que fue una conversación “larga” y “profunda”, en la que el diputado de 35 años fue tomando nota de los consejos dados por del exmandatario. Una especie de plática de profesor a alumno, de padre a hijo.
Algunos interpretaron el gesto de Lagos como su último gran momentum político. Una especie de ungimiento o traspaso de mando de la vieja guardia concertacionista a los jóvenes rebeldes frenteamplistas.
Pese a que su gobierno (2000-2006) había sido criticado reiteradamente por el líder de Convergencia Social y el resto del Frente Amplio, Lagos -en la entrevista en Duna- no escatimó en elogios al abanderado de Apruebo Dignidad, destacando su rol en el acuerdo del 15 de noviembre de 2019 que propició el plebiscito por una nueva Constitución.
Por esos días, aún con la resaca de haber pasado en segundo lugar al balotaje, Boric y su equipo estaban conscientes de que el gesto del expresidente abriría la puerta para que comenzaran a llegar respaldos de la centroizquierda tradicional. Y así ocurrió.
A partir de ese momento salieron, una tras otra, declaraciones de apoyo al joven presidenciable: Chile 21, Independientes No Neutrales, Horizonte Ciudadano (la fundación de Bachelet), el PRO, Católicos por Boric y la Democracia Cristiana, entre otros.
En el comando señalan que solo falta recibir el apoyo de la expresidenta Bachelet, el que ya estaría encaminado y se produciría cuando llegue a Chile a votar y a pasar las fiestas de fin de año junto a su familia.
1.- Algo que se veía venir
Según sus protagonistas, son varios los factores -unos más relevantes que otros- que hicieron que la centroizquierda tradicional (PS, DC, PPD, PR, PRO, Nuevo Trato, Ciudadanos) se alineara casi automáticamente con Boric, sin poner condiciones, como suele suceder en las segundas vueltas presidenciales.
También reconocen que no tenían mucho margen de maniobra, porque la derrota sufrida el domingo 21 -con su candidata Yasna Provoste- fue el fin de un largo camino de una coalición que no supo defender su obra, reinventarse ni actualizarse a los nuevos tiempos, mientras el Frente Amplio ganaba terreno a punta de críticas a lo que habían hecho sus gobiernos.
“El gran beneficiado con la crítica majadera de que no eran $ 30 sino 30 años fue Kast. Se convirtió en una descalificación a las políticas sociales, al rol del Estado y desprestigió la democracia”, advierte el varias veces presidente del PS Camilo Escalona.
Su exsocio Gutenberg Martínez, quien en 2018 renunció a la Democracia Cristiana, coincide en que la debacle de la coalición parte con la incapacidad de defender la obra realizada en cuatro gobiernos consecutivos y ceder cada vez más espacios a los extremos: “Todos los que fuimos concertacionistas debiésemos hacer un análisis autocrítico de las deficiencias estratégicas cometidas que permitieron avalar un desconocimiento a la gran tarea realizada por nuestros gobiernos”.
Para “el Gute”, la “falta de una posición propia y un actuar común” en muchos temas hizo que la DC, el PS y el PPD se fueran sumando a las “opciones polarizantes”, lo que debilitó la característica de centro y centroizquierda.
Para muchos, esta crisis se cristalizó el 19 de mayo, cuando el PS estuvo a punto dejar de lado a su histórico socio (DC) y pactar primarias con el Frente Amplio. Pero se optó por pasar por alto y hacer un último intento por mantener viva la alianza.
2.- Kast en la pole position
La principal razón para apoyar a Boric, según el expresidente del PPD Sergio Bitar, fue el primer lugar obtenido por Kast con casi dos millones de votos y lo bien aspectado que quedó la noche de la elección. Esto, considerando que en nuestra historia reciente nunca ha ganado el balotaje un candidato que llega en segundo lugar.
Esa misma noche -cuenta Bitar- se produjo una reacción nerviosa en la centroizquierda, que se encauzó en numerosos whatsapps y Zoom que se alargaron hasta altas horas de la madrugada.
Como no sucedía desde hace años, la vieja guardia concertacionista comenzaba a activarse.
En todas las conversaciones no hubo dos lecturas, cuenta Bitar: el triunfo del candidato republicano y la alta votación de Franco Parisi hacían urgente salir a apuntalar a Boric, sin condiciones. Y hacer vista gorda a las críticas -y humillaciones- hechas por el FA.
“La Concertación enfrentó el dilema entre entender los desafíos que enfrentaba el país, y la molestia profunda provocada por un ataque infundado y persistente a la gran obra hecha por sus gobiernos. Para mí no había dónde perderse”, afirma Bitar.
Resuelto ese punto, vino otra disyuntiva, quizás más compleja. “Una cosa era pasar por alto las agresiones que sufrimos y otra apoyar un programa de gobierno que no se sostenía. Pero se coincidió en que había que abogar por cambiar el programa y que con el nuevo Senado (nadie tiene mayoría) no había ninguna posibilidad de imponer cambios extremos”, relata el exsenador.
Pero no todos los exconcertacionistas se inclinaron ante Boric. El martes pasado, a muchos sorprendió la declaración de Comunidad en Movimiento, la organización creada en 2018 por Soledad Alvear tras renunciar a la DC junto a otros camaradas, llamando a votar “blanco o nulo” en segunda vuelta.
“Ni Boric ni Kast representan nuestro pensamiento, sus coaliciones están llenas de contradicciones internas y sus giros hacia el centro no son creíbles”, explica Gutenberg Martínez, uno de sus firmantes.
3.- El 5° lugar de Provoste
Aunque fueron muy cuidadosos, en los partidos que apoyaban a Provoste, incluida la DC, era un secreto a voces que la senadora por Atacama no pasaría a segunda vuelta. Antes de la elección, el PS y el PPD definieron la forma en que enfrentarían una disputa entre Boric y Kast. Por ello, el apoyo de sus presidentes Álvaro Elizalde (la noche de la elección) y Natalia Piergentili (al día siguiente), y de sus comisiones políticas, fue un mero trámite.
Así lo hicieron saber la tarde del sábado antes de la elección Elizalde y Girardi en el último comité político de la campaña de Provoste. Conscientes de un escenario adverso (aunque nadie imaginó un 5° lugar) se mandató al senador Francisco Huenchumilla que redactara una “bajada” común para tener esa noche si se concretaba el balotaje entre Kast y Boric. El punto central del paper que el senador DC hizo llegar a la candidata y a los jefes de partidos era que “no podemos tener una posición neutral frente a la extrema derecha”.
4.- “Ultraderecha” y derechos humanos
El principal factor aglutinador de la oposición, según Genaro Arriagada (DC), es que Kast “está a la derecha de la UDI”.
El exministro señala que el “conservadurismo” del abanderado republicano está en las antípodas de lo que fue la Concertación, por lo que el apoyo a Boric resultaba lógico.
“El Partido Comunista hoy no es una amenaza en ninguna parte. En el mundo nadie está pensando en la dictadura del proletariado, salvo quizás algunos dinosaurios del PC chileno. La amenaza real hoy es el crecimiento de la ultraderecha en todos lados y esta semana Kast viajó a Washington a reunirse con Marco Rubio, senador republicano que está a la derecha de Trump”, dice.
“Ha habido generosidad y comprensión (entre nuestros partidos) en dejar atrás críticas duras, ante el desafío que representa o más democracia e inclusión o retroceso conservador y autoritario”, agrega la senadora Isabel Allende (PS).
A esto, Escalona agrega el tema de los derechos humanos, señalando que para ellos (los socialistas) especialmente, y la centroizquierda “es muy fuerte” que Kast haya defendido a Miguel Krassnoff y señalado ser partidario de indultar a presos en Punta Peuco. “En estos temas donde está de por medio el valor de la dignidad humana, no hay negociación posible”, dice.
5.- El error de ME-O y Beatriz Sánchez
Guido Girardi, otro de los históricos de la Concertación, entrega otro aspecto que pesó a la hora de apoyar a Boric sin exigencias: “No queremos repetir los errores de ME-O ante Frei y del Frente Amplio con Alejandro Guillier, que permitieron que ganara la derecha”.
El senador del PPD se refiere a la elección de 2009, cuando Enríquez-Ominami apoyó tardíamente la candidatura del presidenciable de la Concertación, Eduardo Frei (a días de la segunda vuelta) y dejó en libertad de acción a sus adherentes. Y a una actitud muy parecida ocurrida hace cuatro años, cuando Beatriz Sánchez no respaldó directamente a la carta de la Nueva Mayoría. En ambas elecciones ganó Sebastián Piñera con holgura.
6.- “Estatuto de garantía” de Boric a la DC
El domingo pasado, en su intervención ante la junta nacional (virtual) de la DC, Andrés Zaldívar recordó cuando hace 51 años participó en esta misma instancia que apoyó a Salvador Allende para que asumiera la presidencia, pero exigiendo “un estatuto de garantía”. Fue en ese instante cuando el exsenador hizo analogía entre aquel pacto de garantías democráticas realizado en 1970 entre los partidos de la Unidad Popular y la DC, y la carta enviada esa mañana por Boric al partido, donde, dijo que eran “más las cosas que nos unen que las que nos separan”, entre otros gestos.
7.- Kast, Sichel y Parisi suman 54%
Escalona nunca ha tenido una conversación política con Boric. Sólo coincidieron una vez hace unos años en una entrevista en televisión, en que el joven diputado criticó con dureza a la Concertación. “No le voy a permitir, señor Boric, que venga a cambiar la historia delante mío”, le dijo invitándolo a informarse mejor. Este recuerdo refleja el distanciamiento entre dos generaciones de la izquierda chilena, que hoy parecen unirse a la fuerza. ”Los votos de Kast, Sichel y Parisi sumaron un 54%, es decir, desde un punto de vista matemático, Kast debería ganar la próxima elección. Entonces ¿qué ibas a negociar?”, dice.
Con un prisma más optimista, el exministro socialista José Antonio Viera-Gallo cree que este estrecho escenario de segunda vuelta y la integración de los equipos (programáticos y territoriales) de las otras candidaturas, puede ser una “inmejorable oportunidad” para que ambos bloques de izquierda (Nuevo Pacto Social y FA) salden sus cuentas y allanen un camino que los pueda juntar en el futuro.
“Los progenitores siempre deben hacer el esfuerzo mayor para reconciliarse con sus hijos. Les queda menos tiempo y no tiene sentido gastarlo en cultivar el resentimiento. Esta reconciliación debe ser incondicional, sin humillar al que a uno lo ha humillado. Esto es lo que revelan los gestos de Lagos y Carmen Frei, dos inmensas marcas de la exConcertación”, concluye el sociólogo Eugenio Tironi, un estudioso de los 33 años de historia de la alianza que sostuvo la transición y que hoy se inclina ante Boric.
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