“El ISIS de Cayucupil”: las escuchas que develan el violento robo de madera en Arauco
Desde mayo de 2022, la Fiscalía del Biobío y la PDI han interceptado una serie de teléfonos buscando dilucidar quiénes están detrás del violento fenómeno del robo y tráfico de madera en la zona sur de esa región. Así descubrieron que los cabecillas de estas bandas cuentan con guardias armados y la facilidad con la que se trafican armas. No sólo eso: también aprendieron cómo el poder de este negocio ha corrompido a algunos carabineros que, incluso, datean a los delincuentes para evitar controles carreteros.
“Ya po, ¿tu envío va a estar solo o acompañado?”, le preguntó por teléfono el empresario transportista Pedro Melita Sáez (38), a Carlos Cigarroa Arriagada (42), a las 23:45 horas del 22 de junio de 2022. La duda de Melita giraba en torno a cómo resguardarían el traslado nocturno de madera robada que, de manera frecuente, realizaba para Cigarroa en medio de la vigilancia policial y militar del estado de excepción constitucional que rige desde octubre de 2021 en la provincia de Arauco, al sur de la región del Biobío.
La respuesta de Cigarroa, cuyas comunicaciones estaban siendo escuchadas con autorización judicial por la Policía de Investigaciones (PDI), fue tan corta como elocuente: “Tengo al ISIS, al ISIS de Cayucupil”. La comparación de Cigarroa entre su equipo de hombres armados y el Estado Islámico, organización terrorista y paramilitar que ha cometido decenas de atentados y asesinatos, tanto en Medio Oriente como en Europa, no era casual.
Días antes, el 4 de julio de 2022 a las 21:26 horas, Cigarroa estaba preocupado por su seguridad y la de sus hijos. Por ello llamó a Jordan Mella Lobos (32), uno de sus cuatro escoltas armados que le prestaban guardia en su casa en Curanilahue y en sus traslados por la provincia de Arauco. “Pa’ que se vengan pa’ abajo con el Brian porque andaba el hue… del jeep rojo ese dando vueltas por la población aquí (...) Y si lo ven, pa’ que le den, pa’ que le den nomás”, le pidió Cigarroa a Mella. A lo que Mella respondió: “Ya páseme el fierro (arma) entonces pue, pa’ llevar la pajera (escopeta) y el fierro”.
Dos días más tarde, el 6 de julio de 2022, Cigarroa le pidió a Brian Sáez Betanzo (37), otro de sus soldados, que siguieran a otro auto sospechoso en las calles de la comuna. “Ya, hay dos hue… ahí, ya pero cualquier hue… yo me los voy a cagar a tiros nomás”, le contestó Sáez mientras vigilaba, tras lo cual ambos concluyeron que se trató de una falsa alarma.
Ambos episodios, aseguran fuentes de la investigación, permitieron descubrir cómo Carlos Cigarroa había acumulado poder y cómo temía perderlo frente a la policía y a otras bandas que operan en la zona. Un poder que provenía del millonario negocio de la madera que casi a diario robaba en el predio “Chacay”, ubicado en la zona alta de Cañete, donde el hombre montó una verdadera empresa con supervisores, transportistas, guías de despacho falsificadas y registros contables llevados en un cuaderno escolar.
Las extensas escuchas telefónicas solicitadas por el fiscal del Biobío y especialista en violencia rural, Juan Yáñez Martinich -a las que tuvo acceso La Tercera-, dan cuenta de la “interna” de las organizaciones criminales que en los últimos años han operado en Arauco: una trama de eventuales sobornos, vínculos con comunidades mapuche, tráfico de armas y enfrentamientos a tiros.
Un negocio que, según la Corporación Chilena de la Madera (Corma), en los últimos tres años ha provocado pérdidas a la industria por $ 167 mil millones: un tercio de ello sólo en la provincia de Arauco. Se trata de la misma “zona roja” en la que el 27 de abril tres carabineros de Los Álamos fueron asesinados a tiros y sus cuerpos encontrados carbonizados en la ruta que une Cañete con Tirúa, hechos por los cuales las autoridades han apuntado al crimen organizado, pero donde aún no hay detenidos.
“Yo sé que andamo’ robando”
Carlos Mauricio Cigarroa Arriagada era un viejo conocido para Forestal Arauco, empresa dueña de miles de hectáreas de bosque en la provincia del mismo nombre, entre ellas, el predio “Chacay” de la localidad de Cayucupil, en Cañete. Así lo hicieron saber ante la justicia el 7 de septiembre de 2021 cuando denunciaron que, en un sobrevuelo, descubrieron la costosa camioneta Ford F-150 de Cigarroa en medio de las faenas ilegales de extracción de madera.
Cuando Carabineros llegó al lugar, relató en una querella la empresa, fueron recibidos a disparos y abandonaron el procedimiento. Luego, en los siguientes tres días que se denunció que el delito continuaba, los uniformados “no concurrieron al lugar de los hechos por carecer de personal policial”. Fuentes de la industria estiman que cada camión con acoplado cargado de madera sustraída deja ganancias por $ 1.600.000.
Fue recién en mayo de 2022, cuando un testigo reservado permitió al fiscal Yáñez Martinich comenzar a interceptar teléfonos y a armar una verdadera red con diferentes organizaciones criminales dedicadas al rubro. “Hay que entender que en Arauco este delito es mucho mayor que algunos grupos vinculados a comunidades mapuche, mucho más grande que lo que se puede adjudicar a grupos que operan en la zona, como Weichan Auka Mapu (WAM) y la Resistencia Mapuche Lavkenche (RML)”, relata una fuente de la investigación.
Entre ellos, estaba el grupo liderado por Cigarroa, quien directamente y a través de su socio estratégico, el empresario forestal Juan Teuber Tobías (63), ejercían un estricto control sobre sus subordinados.
“Yo le dije: Luis, avispémonos po’ hue… yo no quiero estar cinco meses aentro… yo sé que andamo’ robando, que esa hue… eh robo pero por lo menos tengamos algo pa’ defendernos po’ hue…”, reclamó Teuber en una escucha de junio de 2022, acusando la falta de guías de despacho falsas con las que se buscaba ocultar el origen ilícito de la madera ante eventuales fiscalizaciones.
En otra llamada, también en julio de 2022, Teuber recibió la preocupación de sus operadores en terreno por los vuelos de vigilancia de las forestales. “Lo que estaba pensando pa’ dejar enfriar un poquito el sobrevuelo eh mañana, quedar a lo mejor un poquito stand by pienso yo”, dijo el trabajador. Con certeza, Teuber contestó: “Nooo, hemo’ estado flojos estos días po’ esta semana hemo’ estado flojos (...) Los pacos andan buscando otros camiones”.
En otras interceptaciones telefónicas que quedaron plasmadas en diferentes informes elaborados por la Brigada de Operaciones Policiales Especiales de la PDI de Concepción, se detectaron llamadas entre Cigarroa y un hombre llamado “Javier”, quien correspondería a “un sujeto que opera como enlace entre el líder de la organización y la comunidad indígena que se encuentra en proceso de recuperación de predios forestales en el sector de Cayucupil”.
“Él se encarga de que la comunidad provea de seguridad tanto en el ingreso a los predios, como en el sector donde se encuentran las faenas forestales, utilizando para ello personal encapuchado que utiliza armas de fuego”, se lee en uno de los informes de la policía civil con los que se pidió la orden de detención de Cigarroa en agosto pasado.
Sólo que la caída de Cigarroa Arriagada fue por partes. Primero, y en medio de la investigación en su contra, el 22 de noviembre de 2022 fue fiscalizado por carabineros en el centro de Curanilahue, quienes encontraron en el piso de su Jeep Grand Cherokee una pistola Taurus con 17 municiones. Luego, el 4 de abril de 2023 fue formalizado por tres receptaciones de vehículos ocurridas el año 2021.
Finalmente, el testimonio de un nuevo testigo reservado gatilló su destino. “Quiero aportar datos sobre una banda que trabaja con un sujeto de nombre Carlos Cigarroa, en la comuna de Curanilahue”, dijo el testigo, acusando que actuaba con tres pistoleros, uno de ellos responsable de un homicidio. El 31 de agosto pasado Cigarroa fue detenido y formalizado por asociación ilícita, en una causa que hoy se mantiene como secreta. En su poder y en el de sus hombres se encontraron explosivos, detonadores y varias armas de fuego. Hoy está en prisión preventiva en Concepción.
Los informantes en Carabineros
En la red que poco a poco fue armando el fiscal Yáñez a través de las escuchas telefónicas, también surgió la figura de Celso Fonseca Rivas (29). “¿Andai trabajando?”, le preguntó Fonseca a las 20:26 horas del 16 de agosto de 2022 a un hombre que, hasta ese momento, sólo era conocido por la PDI como “Sujeto de Interés G”. “Recién me voy pa’ la casa hermano”, respondió el desconocido al otro lado de la línea telefónica.
“Oie hermano, es que sabí que yo le dije a los cabros que me vinieran a dejar unas cargas de madera pa’ acá pa’ adentro en el parque, por donde la gringa pa’ allá y ahora voy con la grúa pa’ adentro y un conchesu… me iba siguiendo hue…”, le comentó con preocupación Fonseca a su interlocutor.
La respuesta del “Sujeto de Interés G” abriría a los investigadores una arista totalmente desconocida sobre cómo operan las mafias dedicadas a la protección armada y al robo y tráfico de madera en la provincia de Arauco. Fenómeno que según Juan José Ugarte, presidente de la Corma, ha tenido una baja de un 82% desde la aprobación, en septiembre de 2022, de la ley que tipifica el delito de robo de madera, y gracias a medidas de trazabilidad tomadas por la industria.
“Ya, pero tranquilo hermano, ¿sabí por qué? Porque los polis están en el sitio del suceso de ahí donde quemaron la hue… en San José de Colico”, replicó con seguridad el desconocido, en referencia a un atentado incendiario contra 10 camiones forestales que se había producido horas antes a 14 km de Curanilahue, y que fue reivindicado por la WAM.
“Y los que hacen control en la ruta se van a ir a relevar a los hue… que están de población ahora en la noche, por ende no va a quedar ningún control ruta en, acá en Curanilahue”, complementó el sujeto de interés. Se trataba de Darwin Carrillo Rodríguez (33), quien al momento de la interceptación telefónica se desempeñaba como cabo en la subcomisaría de Curanilahue, en la provincia de Arauco.
Carrillo, junto a Luis Berna Toro, exjefe de la Sección de Investigaciones Policiales de Carabineros de la misma comuna, fueron formalizados y están en prisión preventiva desde el 21 de septiembre pasado por asociación ilícita criminal al comprobarse que “dateaban” a Celso Fonseca para evitar controles policiales y así ejecutar sin problemas el millonario robo de madera del que era líder. ¿Qué recibían a cambio? Aún es parte de la investigación.
Un Porsche y una Glock en Curanilahue
Celso Fonseca Rivas ya tenía un historial policial en la zona de Arauco. De hecho cargaba con una condena de tres años y un día por asaltar un servicentro en Cañete el año 2013. Luego, el 2018 estuvo en prisión preventiva acusado de robar a mano armada una camioneta en el peaje Pilpilco de la Ruta 160, en la comuna de Los Álamos, pero terminó como inocente luego de que la Fiscalía decidiera no perseverar. Incluso, el mismo 2018, recibió disparos en su muslo y glúteo derechos, pero no quiso denunciar.
“Celso es un sujeto muy violento y desde un comienzo supimos que estaba involucrado en la transacción de armas de fuego. Participa de distintos delitos, entre ellos el robo de madera y la protección armada a otras bandas”, señala una fuente de la investigación en su contra. Al mismo tiempo, afirman conocedores de la indagatoria que se mantiene bajo reserva, en su grupo delictual participaba al menos un miembro activo de la RML. De todo ello, también quedó evidencia en las escuchas telefónicas a su teléfono.
“Mira, es una nueve con serie borrada, toda la hue…, una nueve automática con dos cargadores y cuatrocientos tiros”, le dijo sin mayores complejos a Fonseca un sujeto no identificado el 1 de septiembre de 2022, en referencia a una pistola de origen chino y municiones 9 mm que tenía a la venta por $ 3 millones en Curanilahue.
Días más tarde, el 3 de septiembre de 2022, Fonseca comenzó a revender las cajas con balas entre sus cercanos, pero con la prevención de “vender una a cada uno nomás, porque después van a andar jugando con las hue…”. Más aún, Celso Fonseca dio luces de su perfil como tirador: “Al final cuando disparamos, el que ocupa más balas soy yo po’ hue…, si soy el único que tira todas, ustedes tiran dos tiros de todos los cargadores”.
En las interceptaciones telefónicas también quedaron plasmados momentos críticos para Fonseca y su organización, como cuando a las 18:01 horas del 12 de septiembre de 2022, recibió un llamado de emergencia. “Aquí, nos metimos pal bosque hue…, los traíamos cortitos ya a los giles cul… (...) Venía una patrulla de un lado y del otro hue…”, le dijo con voz agitada un hombre desconocido al otro lado de la línea.
“Más encima andábamos con los fierros (armas), toda la hue… Arriba estaba lleno de pacos, ratis, toda la hue… tanquetas”, siguió relatando el hombre sobre su escape en los cerros de Curanilahue. “Pero y qué tiene hue… si los pacos no te van a adelantar, estando aquí no se van a meter, hermano”, los reprendió con confianza Fonseca.
Curiosamente, la caída de Fonseca fue antes de lo pensado. El 13 de septiembre de 2022, mientras Carabineros fiscalizaba vehículos en el km 53 de la Ruta 160, un hombre se les acercó para advertirles que en minutos pasaría frente a ellos un camión con una grúa forestal que le habían robado en mayo de 2022. Por ello, los funcionarios policiales detuvieron la máquina y descubrieron que su conductor no portaba licencia y que el acompañante mantenía una orden de detención pendiente.
Con lo que parecía un procedimiento policial exitoso, todos emprendieron rumbo a la comisaría para hacer las pericias de rigor a la grúa. “Al avanzar pocos metros tuvieron que detener su marcha debido a que Celso Fonseca y otros sujetos llegaron al lugar a bordo de vehículos y obstaculizaron la marcha del camión”, se lee en la orden de detención solicitada por la Fiscalía. Luego, bajaron a golpes a la víctima y a un carabinero, y Fonseca escapó con el camión recuperado.
Finalmente, el 23 diciembre de 2022 Fonseca fue detenido en su casa al interior de una toma en Curanilahue. Pese a lo precario del sector, tenía en su poder autos de alta gama, como una camioneta Ford F-150, una Porsche Cayenne y una pistola Glock 17 con 48 cartuchos 9 mm de punta hueca, que se expande y causa mayores heridas al dar en el blanco.
Esta semana Fonseca fue condenado por el robo con violencia de la grúa forestal y porte de arma de fuego, y su primera sentencia se conocerá el 23 de mayo. Pero le esperan otras causas. Hace un mes fue formalizado por el homicidio frustrado a tiros en contra de dos trabajadores forestales, hecho ocurrido el 26 de agosto de 2022 en Curanilahue, y aún debe enfrentar a la justicia como cabecilla de una asociación ilícita dedicada al millonario robo de madera.
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