El retroceso doloroso del partido estrella del FA

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Primero fue la derrota de su candidato en las primarias del bloque por la Gobernación Metropolitana, luego la partida de dos de los ocho diputados que tiene el partido. ¿Qué pasó con la colectividad número uno del Frente Amplio?


La autocrítica fue feroz. No podía ser de otro modo. El lunes 30 de noviembre pasado, cuando a las 19 horas se inició el consejo político general de Revolución Democrática, los rostros de los integrantes de la mesa directiva que conduce la diputada Catalina Pérez, de los miembros electos del principal órgano intermedio del partido y de los representantes regionales que iban entrando a la sesión virtual dejaban en evidencia la molestia y preocupación reinante tras los malos resultados obtenidos la jornada anterior, en las elecciones primarias de gobernadores y alcaldes del Frente Amplio.

En la instancia no participan miembros de la disidencia a la actual conducción política de RD. Aún así, el balance de la situación que atraviesa el partido fue muy dura. Fue la propia Pérez quien dio inicio a una catarsis que aún no ha terminado y que, a juicio de algunos dirigentes, podría extenderse por un buen tiempo más.

Así, el debate sobre la crisis del partido y sus efectos a futuro, justo en momentos en que la colectividad tiene que definir la forma en que enfrentarán los próximos desafíos electorales, no se agotó el lunes en la noche. Por el contrario, continuó la tarde del miércoles 2 de diciembre, en una sesión extraordinaria del consejo político general de RD -igual de dura que la anterior-, y se volvió a encender este fin de semana en regiones, luego de que fueran convocadas asambleas de base en todos los territorios.

“Esta vez no hicimos las cosas de manera correcta para ganar”, reconoció la directiva de este partido que irrumpió en la escena política nacional en 2012 como un pequeño movimiento heredero de las movilizaciones estudiantiles. “Esperábamos tener miles de votos más en la Región Metropolitana”, admitían también desde la mesa ante un hecho que era evidente. Pese a ser el partido con el mayor número de militantes dentro del Frente Amplio -39 mil, según las cifras de agosto pasado del Servel, lo que duplica prácticamente los números de las otras tiendas del bloque-, no habían sido capaces de movilizar ni siquiera a su base más dura para evitar la derrota en la Región Metropolitana de uno de sus fundadores y figuras más emblemáticas: Sebastián Depolo, frente a la candidata a gobernadora regional del Partido Comunes, Karina Oliva, quien tuvo el apoyo de Convergencia Social y de movimientos sociales.

En las primarias del FA -que definían los candidatos del bloque para las elecciones de cuatro gobernadores y de unos pocos alcaldes- votaron en total a nivel nacional 67.990 personas. De esa cifra, RD obtuvo apenas 12.116 sufragios (el 17%), muy por debajo de los resultados obtenidos por Comunes, el Partido Liberal y los independientes dentro del pacto.

El golpe para RD fue brutal. De ser el partido más influyente y grande del FA, era desplazado al tercer lugar.

Los resultados en la Metropolitana no se lo esperaban en RD. Todo lo contrario, hasta el sábado de la semana pasada estaban convencidos de que ganarían con holgura. Por lo mismo, Depolo, quien fue jefe de campaña de Beatriz Sánchez en la pasada presidencial, desplegó un discurso orientado a los grandes temas de seguridad ciudadana, transportes y urbanismo. Se enfocó más que nada en enfrentar a Claudio Orrego, el candidato de la DC, quien ya aparecía como el más probable vencedor de las primarias que simultáneamente realizaban los partidos de oposición -agrupados en el bloque Unidad Constituyente-, y mucho menos en lo que estaba haciendo su contendora directa. Karina Oliva, por el contrario, con muchos menos recursos, buscaba conectar con los movimientos sociales y con las demandas ciudadanas expresadas tras el estallido social, con un discurso crítico a los políticos tradicionales.

“La campaña se enfocó fundamentalmente hacia el padrón del partido, confiábamos que llevaríamos varios miles de votos más”, señalan en la mesa directiva del RD. Pero eso no ocurrió.

Dirigentes de RD vienen insistiendo hace tiempo en la necesidad de depurar el padrón de militantes de la colectividad. “Hay un fenómeno que no hemos podido superar. Mucha gente se inscribió en 2017 en RD para permitir que Beatriz Sánchez fuera candidata presidencial. Hay una masa de gente que firmó por nosotros, pero en el fondo no se sienten militantes y nosotros no hemos sabido convocarlos y activarlos. Eso es evidente”, señalaban desde la mesa directiva en medio de la catarsis, y admiten ahora que no son más de 11 mil los militantes activos que pueden movilizar.

“Hay también un problema generacional. La mayoría de los militantes de RD tienen entre 18 y 35 años y no tienen cultura de lo que es militar en un partido; para ellos, hacer vida partidaria activa es más bien una molestia”, señalaban desde la mesa, a modo de justificación por los malos resultados obtenidos.

Algunos dirigentes regionales, en un tono más duro, si bien compartían el diagnóstico, reclamaban con fuerza el rol que han desempeñado los ocho diputados y un senador que tenía hasta el miércoles la colectividad, a quienes acusan de no haberse preocupado de crear estructuras partidarias en los territorios, a diferencia del despliegue que han hechos otros partidos del FA, especialmente Comunes.

Los de arriba y los de abajo

“RD está demasiado acostumbrado a hacer campañas abiertas, a través de redes sociales, pero eso es mucho aire, y en lo territorial hemos fallado, no nos preparamos bien”, señalaban miembros de la mesa esta semana, buscando encajar el golpe que aún los tiene en las cuerdas.

“Es evidente, tras los resultados del domingo pasado, que la hegemonía dentro del FA está en disputa”, dijo a La Tercera la presidenta de Convergencia Social, Alondra Arellano, quien reconoció, además, la alianza que estrechó su partido con Comunes.

“Desde Convergencia lo hemos hablado con Comunes. Nosotros creemos que debemos diferenciarnos de lo que fueron los 30 años y con aquellos que la gente identifica con los abusos”, añadió.

Jorge Ramírez, presidente de Comunes, asegura que “para nosotros siempre estuvo en disputa la tesis política que se iba a imponer en el FA. Lo que nos convoca no es quién se queda con la hegemonía de un sector, sino la tesis política que se va a respaldar y seguir. Estamos convencidos de que el FA debe recuperar su sentido de origen, establecer una frontera muy clara entre aquellos que quieren sostener la política de los últimos 30 años y aquellos que se sintieron excluidos en esos 30 años de poder definir democráticamente las acciones políticas y, por lo tanto, se rebelaron el 18 de octubre. Esa diferencia entre ellos, los de arriba y los de abajo, entre la casta y el pueblo, está muy marcada”, sostiene Ramírez.

Y aunque Comunes no ha plantado directamente la conformación de dos polos en la oposición -uno de centroizquierda y otro de izquierda-, en la práctica, la falta de acuerdos para la conformación de listas unitarias con miras a la constituyente, para las municipales y parlamentarias del 2021, pareciera encaminar finalmente a ese resultado en la oposición.

Un debate que está tensionando con más fuerza a RD y que derivó en la renuncia al partido de los diputados Pablo Vidal y Natalia Castillo.

La partida de Los Pantalones Largos

La renuncia fue comunicada oficialmente a la presidenta del partido el 19 de noviembre pasado, pero Vidal concordó con Pérez que se divulgara el 3 de diciembre -fecha en que vence el plazo que las colectividades tienen para informar al Servel- para evitar un daño aún mayor al partido previo a las primarias.

La salida de los dos parlamentarios, quienes por ahora se mantendrán dentro del FA en calidad de independientes, fue un nuevo golpe para el partido. Ambos pertenecían a la facción interna de Los Pantalones Largos -que lidera el diputado Miguel Crispi, y que también integra Sebastián Depolo, entre otros dirigentes como parte del “ala derecha” de RD-, y que no tiene representación en los órganos directivos del partido.

Hace tiempo ese sector venía criticando la conducción de Pérez -a la que acusan de llevar a RD a la izquierda, cerrando la puerta a la posibilidad de construir acuerdos electorales con los partidos de la ex Concertación que permitan lograr las mayorías necesarias para enfrentar a la derecha en las próximos desafíos electorales y asegurar los dos tercios en la próxima constituyente.

Y aunque no habían tenido la fuerza para imponer esta tesis dentro de RD, al menos habían logrado poner algunos frenos a la mesa directiva de Pérez. El lunes, incluso, se planteó la posibilidad de revaluar la decisión que había tomando en julio pasado el consejo político general del partido, de prorrogar el mandato de la actual directiva -que finaliza en marzo próximo- hasta después de las elecciones de abril.

Pérez, quien militó antes en las JJ.CC., logró la presidencia de RD con el apoyo de los terceristas, lote interno vinculado al diputado y fundador de RD, Giorgio Jackson, quien también ha sido cuestionado por Vidal por no haber influido con más fuerza en evitar el giro a la izquierda del partido.

¿Qué tan amplio?

Desde las directivas de Comunes y Convergencia Social afirman que esa línea de acción, que respaldaban sectores de RD y el Partido Liberal, fue derrotada el domingo pasado. Por lo mismo, preveían que Revolución Democrática en los próximos días buscaría una alianza más estrecha con ellos. “Tenemos una muy buena relación con Cata Pérez y ella está de acuerdo con que el bloque tiene que recuperar su identidad original a través del trabajo con los comunales, con una mayor vinculación con los movimientos sociales”, aseguran dirigentes de Comunes.

El paso hacia una alianza sólo de izquierda podría detonar una nueva crisis en el FA que mermaría aún más su fuerza electoral, tras la salida en noviembre y enero pasado del Partido Humanista y de los Ecologistas.

El Partido Liberal fue critico del giro a la izquierda y el acercamiento al PC que había tomado un bloque que nació para superar a los partidos tradicionales y conformar una alternativa a la vieja política. Y este sábado, el consejo general del partido fundado por Vlado Mirosevic tomó formalmente la decisión de retirarse del Frente Amplio. Dicha situación, a parte de dejar al bloque con nueve parlamentarios menos de los que llegaron en 2017 (aunque sumaron dos) deja al FA sin la colectividad más moderada, tomando aún más fuerza la tesis de izquierdización del bloque.

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